Si nada está yendo bien, el arte debe estar ahí para encontrarnos: Atom Egoyan

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Por Rodrigo Islas Brito

“Lo importante es reconocer lo que está pasando y no ceder ante el terror. Así es como el terror funciona, hace que la gente entre en shock y deje de pensar. Su mecánica es separarnos, no permitirnos el tener una respuesta colectiva. Fragmenta a las personas y las lleva a la subordinación”.

Atom Egoyan cuenta que su hijo llego muy temprano a París el pasado 13 de noviembre. Él y su novia comparten un departamento muy cercano al barrio donde sucedieron los ataques.

“Mi hijo tenía planeado llevar a su chica a cenar a uno de los restaurantes baleados por los terroristas, pero este estaba muy lleno. En ese mismo momento cuando todo esto pasaba, mi esposa (la actriz Arsinee Khanjian) y yo estábamos aquí en México y no dejábamos de preguntarnos ¿qué hubiera pasado? ¿Que hubiera sucedido si ese lugar no hubiera estado a reventar?”.

El cineasta de 55 años, ganador del Festival de Cannes, nominado al Oscar , considera que todos podemos ser y somos víctimas de este terror moderno. Considera que hay un reto de los cineastas por no oscurecer aun más las cosas después de atentados terroristas y masacres globalizadas.

Recuerda su cinta de 2008, Adoración, donde juega con la noción del terror y establece como la violencia se puede filtrar en nuestras vidas hasta el punto de hacernos sentir que todas nuestras acciones no tienen sentido.

“Hay que usar la imaginación para crear un dialogo aun mayor, que sea diferente al discurso de violencia que se está imponiendo. La misión del arte es transformar, provocar, pero también mantener un espíritu. Si todo lo demás no está yendo bien, el arte debe estar ahí para enaltecernos”.

Egoyan está en Oaxaca, viene de recibir un premio de la Cineteca Nacional en la Ciudad de México y hoy sábado 21 está por recibir de manos del pintor Francisco Toledo el premio El Pochote

Cineasta transcultural nacido en e Egipto, de familia armenia, llevado a la franja inglesa de Canadá cuando era un niño, Egoyan dice reconocer en Toledo a “un artista capaz de concentrar todo el respeto y todo el esfuerzo en un lugar, el IAGO , lo cual me inspira y me conmueve”.

Dice que los oaxaqueños no lo notan o lo dan por hecho, pero deben sentirse inspirados por estar en un lugar que se mantiene en contacto con civilizaciones ancestrales.

“Es increíble, eso lleva a la cultura a establecer vínculos que no se rompen entre el pasado y el presente. Los mexicanos son muy modestos en reconocer la aportación que han tenido para el mundo”.

Comenta que hoy muchos le preguntan si regresara a hacer el cine cerebral, introspectivo y personal del principio de su carrera (El Ajustador, Partes habladas, Exótica) y que siempre les responde la misma cosa.

“Uno de mis grandes miedos es repetirme a mí mismo. Aquellas películas siguen teniendo un valor artístico y personal muy grande. Pero no quiero regresar a eso. El estilo de un director siempre tiene que evolucionar y madurar”.

Se le comenta a Egoyan que hoy es un hacedor de thrillers psicológicos (Chloe, El nudo del diablo, Cautivos) con estrellas hollywoodenses (Julianne Moore, Liam Neeson, Reese Whiterspoon, Ryan Reynolds), el cineasta responde que no tiene ningún problema con eso.

“Hay una transición en mi carrera. Una diferencia entre lo que hacía antes y lo que estoy haciendo ahora. En el principio hice películas personales, introspectivas. Ahora busca otros géneros, otras ideas, y trabajar con actores más conocidos”.

Comenta que el cineasta mexicano Jaime Humberto Hermosillo le comento una vez, que después de muchos años de carrera ahora le gustaba trabajar en cosas más personales y para audiencias más pequeñas.

“Uno como artista se debe preguntar para que tipo de audiencia quieres trabajar, yo como canadiense y haber vivido siempre bajo una gran influencia de los Estados Unidos, prefiero trabajar con audiencias más grandes”

Dice que para horrores psicológicos le gusta el horror Roman Polanski de El bebé de Rosemary , que no sabe si muchas películas de Fritz Lang son dramas o terror, y que está consciente de que hoy hay un exceso de películas con temas paranormales.

De regreso a su cambio de registro como director, el cual además del cine se ha dividido también en la opera y en el teatro, admite.

“Si, tal vez debería de ser más selectivo. Pero es difícil. A mí me gusta mucho explorar, por lo cual se me hace importantísimo crear y experimentar con diferentes géneros, estilos y actores”.

Respecto a los porqués de las divisiones entre cine de arte y cine comercial, Egoyan dice que eso es una cuestión de marketing y de producción.

“Es más fácil para la industria designar un genero para las películas y poderlas dividir, en esas divisiones esta la comedia, el thriller, el horror, y también está el cine de autor”.

“En los setentas esto era diferente porque al cine de arte la gente lo absorbía mejor y estaba más consciente de su existencia”.

Dice que en los últimos diez años ha habido un cambio radical, y ha sido en la televisión donde hoy se pueden encontrar esos cambios estéticos que tienen elementos del cine de autor o de arte. Considera a la serie de HBO, The Leftlovers, protagonizada por Liv Tyler y Justin Therox como buen ejemplo de ello.

Habla de Ararat, la cinta con la que en 2002 y un juego de metacine, denunció el genocidio de turcos hacia los armenios sucedido a principios del siglo veinte y del que hasta hoy el gobierno turco sigue negando que alguna vez existió.

“No era un filme sobre la negación, sino sobre las repercusiones de la negación. Como esta se convierte en un transmisor del trauma de generación en generación”.

Transpolando esto a una actualidad de dos matanzas mundiales por semana, asevera:

“No estoy muy seguro que lo que hoy está pasando, el mundo lo esté viviendo en negación”.

“Nunca ha habido un mejor momento, pero tampoco un peor momento para el cine. Por un lado, la buena noticia es que hoy los jóvenes tienen la facilidad de poder crear, imaginar y compartir su trabajo de manera casi inmediata con tan solo apretar un botón. La inmediatez de las redes sociales con públicos internacionales es increíble”.

“La mala noticia es que esa inmediatez hace que todos acabemos abrumados, con una opción absurda de imágenes, de información y de películas. Y el público ya tenga espacio para poder elegir que es bueno o que no. Que tiene calidad o que no la tiene”.

Dice que muchos de los jóvenes cineastas que hoy están empezando tienen que aprender a tratar a las imágenes y a contar las historias.

“No estudian drama, ni se quieren enterar de quienes fueron los directores que hicieron lo que hoy es el cine. No se documentan, ni aprenden”.

De su más reciente filme, Remember, la historia de un vengador judío de la tercera edad, califica a su protagonista, el alguna vez Capitán Von Trapp, Christopher Plummer, como “uno de los mejores actores del mundo”.

“Lo he visto en el cine, en el teatro y siempre actúa increíble. Su actuación en la película es muy buena y va a ser memorable”.

Egoya dice que Remember será exhibida en un Festival de cine en Los Cabos, Baja California, y que en su exhibición por Argentina se dio cuenta de que la cinta trata temas muy actuales.

No da más detalles, dice que hay que esperar a verla. Con su saco, sus gafas y sus tenis negros, Egoyan es la imagen de la elegancia emotiva y cerebral, de ese cine que afirma que ya no quiere hacer, pero que tarde que temprano estará ahí para encontrarlo.