Cielo azul, que no es cielo, ni es azul

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Por Rodrigo Islas Brito

Evelyn Méndez Maldonado, bailarina, estilista, habla entrevista sobre su más reciente puesta en escena, Ni es cielo ni es azul. Pieza a la que la creadora califica de ante todo “performativa”.

“Se realiza dentro de un salón de belleza”, describe quien lleva doce años de estilista y siete de bailarina. Comenta que conjuntando experiencia de sus dos chambas, así como el apoyo también conjunto de profesionales que la rodearon y apoyaron, terminó por desarrollar una propuesta coreográfica que en días pasados registró dos representaciones en la Academia de Belleza Althea.

Recibiendo la ayuda férrea del inclasificable Juan Pablo Ruiz, la bailarina cuenta que tuvo la oportunidad de aplicar segundo diplomado de creación coreográfica impartido en el Centro de las Artes de San Agustín (CASA).

Después vino un trabajo de concepción y lluvia de ideas con la coreógrafa y bailarina afincada en Oaxaca, Rosario Ordoñez.

“Empezamos a trabajar a partir de imágenes, con un contenido que pudiera tener distintas lecturas. Yo quería que todo pasara en un espacio cotidiano, pero no en uno en el que necesariamente fueras a ver danza”.

Althea fue la respuesta a la inquietud de cambio de escenario, con un espacio de tocadores y espejos que por sí solos hablan de que ahí se desarrolla armónica o endiabladamente la existencia de seres humanos con historias que merecen ser pensadas.

“En el diplomado me piden un boceto de la pieza. Y a partir de ahí me di cuenta de que quería construir una pieza a partir del espacio, no llegar e inventar una coreografía que poco o nada tuviera que ver con su entorno”.

“Esta es una pieza colaborativa, de traslado, desde las letras de Juan Pablo Ruiz que aportaron muchísimo, hasta las decenas de películas que revisamos en búsqueda de estímulos y caminos nuevos”.

Ni es cielo ni es azul, es una pieza que se niega para reforzarse en su mirada escéptica, escudriñadora de verdades y contradicciones. Una sola pieza en cuatro imágenes con duración de 45 minutos.

“Queremos cuestionar los estereotipos de belleza. Con los canones existentes en un ambiente occidental y capitalista como el que vivimos”.

“Nosotros mismos tomamos esos conceptos, los desechamos, nos peleamos con ellos, o los deseamos o nos confundimos”.

Evelyn recuerda que lo que vino una vez aterrizado el concepto fue un trabajo de mesa e investigación con los intérpretes, empezando a buscar imágenes que tuvieran relación con cosas en apariencia fútiles, pero trascendentes para la experiencia humana como la obsesión y la parodia de la imitación.

“En simple experiencia como estilista a muchas clientas siempre las visioné como amplificadas. Como desdoblas de esas sillas y tubos en las que estaban encapsulando sus ganas de cambiar, de cambiar de vida, de espacio, de cara, de situación”.

“Son relaciones de poder y una vacuidad trascendente que están en todos lados. Son las reacciones que se dejan venir ante un reflejo”.

Las cuatro imágenes que componen a este cielo azul que se niega ser cielo y que se resiste a ser azul, se trabajaron según su creadora en base a conceptos como tiempo, la deconstrucción y el cuerpo que muta.

Con una escena performatica con cuatro intérpretes en los lavabos que anteceden a un revolucionario cambio de tinte, con otra escena que va sobre el placer que puede dejar un corte a tiempo, y con la conclusión de una pasarela de peinados para enfrentar la vida.

Evelyn dice que existe la esperanza de volver a montar esta entrega, “aunque esto requiere mucha producción con un espacio que hay que transformar, con un tiempo de dos días para poder montar”.

Más allá de las dificultades para hacerlo la bailarina y estilista comenta que los caminos para volver nuevamente a montar esta pieza, se buscaran.

Marisol Aliceda, Yuliana Jiménez, Isaí Gómez, Diana Gómez, Ricardo Ruiz y Rosario Ordoñez son los talentos detrás y al frente de este primer montaje de Ni es cielo ni es azul.

“Si esperas una pieza cien por ciento de danza, igual no va tanto por ahí, pero la experiencia está abierta, y nos está esperando”.

Concluye Evelyn Méndez Maldonado, mientras arriba el cielo comienza a agarrar un extraño filtro verde.