Murat concluye su campaña y lanza promesas en medio de un acarreo institucional

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Por Rodrigo Islas Brito

En medio de un poderoso operativo partidario priista de acarreo y traslado de  seguidores se llevó a cabo en la fuente de las ocho regiones el cierre de campaña de Alejandro Murat Hinojosa, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura del estado de Oaxaca.

En su intervención, el candidato (al que los maestros de ceremonias del  evento definieron antes y después como “el hombre de juventud y experiencia) dijo agradecer el estar ante un público de 30 mil personas, lo que contrastaba con el hecho de las flotas de autobuses de pasajeros que rodeaban el evento y que desde las ocho de la mañana de este domingo comenzaron a traer personas de las periferias y las comunidades cercanas a la Ciudad de Oaxaca.

O con las listas de nombres escritos a mano que apilaban algunas manos de líderes de colonia, o con el hecho de que la mala planeación del evento trajo por consecuencia que la enorme fila de butacas que fueron colocadas por toda la enorme cuadra de la avenida Porfirio Díaz que separa a la fuente de las ocho regionesde la glorieta ubica enfrente de Plaza Mazarik, y que tenía por propósito el adornar el evento con un mar literal de gente, se viera ocupada casi a un poco menos de la mitad de su capacidad , debido a que los conglomerados de gente fueron conducidos desorganizadamente por calles adyacentes, formando cuellos de botella en el que los apretones  y señoras preocupadas con no ser tiradas con todo e hijos se volvieron una constante.

Arriba, en el templete , después de horas de voceo y consignas de diversas y diversos priistas (como aquel que dijo que “la oposición tenía miedo porque sabía que iba a perder “, ignorante tal vez de que la mentada “oposición” en este sexenio fue nada menos que su partido) apareció  Alejandro Murat Hinojosa, ante los vítores de los asistentes, y la compañía de su señora esposa,  Ivette Moran (a quien el candidato llamó su “gran aliada”) del líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y del representante del Partido Nueva Alianza, Gabriel Cuadri.

Con su estilo de ir y venir por el escenario, con tres drones que sobrevolaban el evento dando la postal de un desalojo, Murat pronunció un discurso donde refrendó muchas de las promesas hechas durante su campaña, iniciando con un “¡que viva la familia oaxaqueña!”.

Dijo que será el más grande aliado de los jóvenes y que ha recorrido “durante todos estos años” las ocho regiones de Oaxaca escuchando “clamores de justicia”

Criticó  que el actual gobierno que se anunció como “del cambio”, “no hay salud y no hay medicinas”. Afirmó haber hablado con comerciantes, productores de mezcal y artesanos, como una señora llamada Jacinta, a la que Murat afirmó haberle prometido generar un Instituto del emprendedor.

Con banderas de la CROC volando agitadas por todos lados y una enorme  flotilla de camiones de volteo, taxis colectivos foráneas  y mototaxis afiliados a la CTM, flanqueando y tapando casi en su totalidad la avenida Porfirio Díaz, como una especie de desfile, Murat dijo  que  no se vale que la gran mayoría del porcentaje de la obra pública la tengan concesionadas empresas foráneas, por lo que implementar una ley en la que solo empresarios locales tendrán acceso a la obra pública.

A pesar de las protestas existentes en su contra, Murat prometió aprovechar las zonas económicas especiales y multiplicar el número de parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec, en más promesas, dijo que si llega al gobierno, Oaxaca dejara de ser un referente de pobreza, y sí lo será de sustentabilidad, desarrollo económico y social, dijo que detonara las playas del estado, que hará de la región de la Costa una capital turística y de la ciudad de Oaxaca la capital cultural de Latinoamérica.

Dijo que traerá pavimentación, red de seguridad social para los policías, drenaje, agua, seguridad alimentaria, luz a todas las colonias de Oaxaca, una Universidad Intercultural del Instituto de Lenguas, que terminara carreteras, hospitales y aeropuertos, que el estado tendrá “el corredor logístico más importante de Latinoamérica”, que Oaxaca y los oaxaqueños dejaran de ser “sesenta por ciento menos productivos” con “semillas mejoradas”.

Que habrá fiscal anticorrupción y consejos ciudadanos que auditen a las secretarias de estado, que detonara parques industriales y fábricas, que Oaxaca  dejara de ser el estado con el menor número de empresas del país.

“Eso ya lo había prometido Heladio Ramírez hace treinta años” se dejó escuchar de entre el mar de gente, de un señor de mediana edad vestido con su playera muratista. A lo que su candidato pidió que levantaran la mano todas las mujeres del público.

Mientras un apenado niño de ocho o nueve años le bajaba la mano a su madre, que orgullosa insistía en mantenerla en alto, Murat decía que quien mandaba en casa eran en realidad las llamadas reinas del hogar, ante la algarabía de decenas de gritos femeninos.

Al quite entró el líder priista Manlio Fabio Beltrones quien dijo que el  PRI traerá un Oaxaca Seguro,  felicitó a los oaxaqueños por tener semejante candidatazo (“un hombre de familia que piensa en sus familias”), invitando a las treinta mil personas, según el candidato priista, diez o quince mil según otras estimaciones, a hacer ganar a Alejandro Murat Hinojosa este cinco de junio, día de la elección.

Mientras, a unos 200 metros de ahí, a la altura de la facultad de medicina de la UABJO, un grupo de partidarios priistas escuchaban todo el mitin apenas abajo del micro estacionado que los trajo desde un punto de la periferia oaxaqueña.

Contaban que el señor que lo trajo les dijo que volvía por ellos para  ver donde se acomodan y  nunca más volvió.

A lo que desde el templete se podía escuchar desde las decenas de altoparlantes dispersos por el lugar, la presentación final que hacia el maestro de ceremonias de Murat y de su esposa y sus cuatro hijas e hijo rubio.

“Ver a este candidato y a esta familia es una muestra de los que queremos en el Estado de Oaxaca”.

Las fanfarrias y los papelitos multicolores  estallaron y empezaron a volar entonces por todos lados.