DETRÁS DE LA NOTICIA: López Obrador, Morena, Comuna CNTE y EPR incendian Oaxaca

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Alfredo Martínez de Aguilar.

De manera más que machacona Alertamos que la narcoguerrilla de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) del Ejército Popular Revolucionario (EPR) incendiarían Oaxaca y desatarían el terrorismo.

Nos duele profundamente que el tiempo nos dé la razón y más que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y sus secretarios de Gobernación y de Educación, no terminen de entender que se enfrentan a la guerrilla.

En el conflicto magisterial actúan en Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz y el Estado de México el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Ejército Revolucionario Popular Independiente (ERPI).

En el corredor de la narcoguerrilla, también operan las Fuerzas Armadas Revolucionarias-Liberación del Pueblo (FAR-LP) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZL). Por tanto, es un asunto de seguridad nacional.

Con la misma estrategia de escalar las acciones guerrilleras mataron ya al periodista Elidio Ramos Zárate, reportero del periódico regional El Sur. Durante el atentado contra también murió Raúl Cano López y otra más resultó herida.

Desde esta tribuna elevamos nuestra más enérgica condena por todos los asesinatos ocurridos ayer. Especialmente por el de nuestro compañero Elidio Ramos Zárate y Raúl Cano López, hermano de nuestro colega y amigo Manuel.

Exigimos a las autoridades del Gobierno de la República y del Gobierno del Estado que dichos crímenes no queden impunes por ineptitud, complacencia o complicidad. Demandamos la intervención de las organizaciones internacionales de periodistas.

En 2006 asesinaron al reportero, camarógrafo, documentalista independiente y militante anarquista, voluntario de Indymedia en Nueva York, Bolivia y Brasil, Bradley Roland Wheyler, conocido como Brad Will, en la colonia Calicanto de Santa Lucía del Camino.

A tiempo, no a toro pasado, dimos nombres. La mano negra de Manuel Andrés López Obrador (MALO) mece la cuna. El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus organizaciones subversivas afines.

Están obsesionados por tomar por asalto el poder en México. Insisten en estallar “la primera revolución del Siglo XXI” en Oaxaca. E incendiar el corredor de la narcoguerrilla Guerrero, Michoacán, Chiapas y el Estado de México.

Detrás el financiamiento del magnate Carlos Slim Helú. No perdona a Enrique Peña Nieto que dinamitara su monopolio en telecomunicaciones. El Mesías Tropical y Slim utilizan a los mismos ‘idiotas útiles’ y ‘compañeros de viaje’.

Los gobiernos federal y estatales les conocen de sobra. Les crearon y alimentan con recursos públicos a fondo perdido disfrazados de proyectos productivos. Son los nuevos ricos de Oaxaca, a través de flotillas de microbuses, taxis y mototaxis.

Otra vez, como en 2066 al frente aparece el Cártel de la Sección XXII de la CNTE y sus organizaciones radicales como la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) con Rogelio Vargas Garfias, alias Ricardo Rojo.

A la cabeza del Frente Popular Revolucionario (FPR), brazo político de la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR), aparece Francisco Pedro García García. En Comuna Oaxaca, Flavio y Erick Sosa Villavicencio, y César David Mateos Benítez.

Otras organizaciones radicales de corte chavista bolivariano son CODEP dirigido por Alejandro Cruz. El Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) es encabezado por  Romualdo J. Gutiérrez Cortés. Y el Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ) dirigido por Omar Esparza.

Estas y muchas otras organizaciones radicales que pegan con la izquierda y cobran con la derecha conformaron en 2006 la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) con Flavio Sosa Villavicencio a la cabeza.

Sus actos de brutal violencia son acciones eminentemente terroristas. Son realizadas por comandos de la guerrilla urbana. Muchos no son de Oaxaca como lo prueba su desconocimiento de los lugares de los enfrentamientos.

Actúan encapuchados para no ser identificados. Destruyen las cámaras de videovigilancia para no dejar evidencias. Afirmamos que buscaban muertos para enarbolarlos como mártires de la lucha y ya consiguieron los primeros seis.

Ahora, se rasgarán las vestiduras y pondrán el grito en el cielo. Se victimizarán y llamarán reprimidos. La mafia del Cártel de la Sección XXII de la CNTE, nuevamente se deslindará cobardemente y dirá que los provocadores fueron ‘infiltrados’.

Sin embargo, la guerrilla del EPR ha enviado ya un comunicado en el que manifiesta todo su apoyo a las acciones subversivas ocurridas ayer durante el día a lo largo de la supercarretera y la carretera federal a la Ciudad de México.

Como siempre, ya aparecieron los políticos gandallas y oportunistas. El coordinador del grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Francisco Martínez Neri, se montó ya en el conflicto.

No podía ser otra la actitud de Martínez Neri al provenir de familia guerrillera. Es el típico político farsante de izquierda al ser un vulgar burgués. Cómplice, además, de los principales empresarios, a quienes asesora para evadir impuestos.

Como erector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) saqueó el presupuesto. Construyó un edificio en Avenida Universidad 616 que rentó a la Secretaría del Trabajo del Gobierno del Estado.

Asimismo, como catedrático, director de la Facultad de Contaduría y Administración y como rector se ha dedicado a fomentar el porrismo. En 2066 como rector protegió a la guerrilla del EPR y apoyó con todo a la APPO desde Radio Universidad.

De manera más que oportunista, también se ha montado en la ola de la violencia guerrillera el diputado federal perredista Sergio López Sánchez. Al igual que Francisco Martínez Neri hipócritamente demanda diálogo para proteger a la mafia CNTE-EPR.