Detrás de la noticia: Cué y su mafia, impunidad y cinismo, es doble agravio

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Alfredo Martínez de Aguilar

Oaxaca de Juárez. Muchos oaxaqueños se preguntan qué pasó a Gabino Cué y su mafia de rateros, amigos, compadres, socios y cómplices. Por qué a pesar de ser juniors vallistócratas se ensoberbecieron por el fugaz poder sexenal y enloquecieron por el dinero que saquearon sin llenadera alguna.

Por qué no les importó personal y familiarmente hundirse históricamente de por vida en la mierda de la más asquerosa corrupción. Ésta indigna ya de suyo a los oaxaqueños que se sienten doblemente agraviados por el cinismo mayúsculo del que hacen gala públicamente.

El origen etimológico de la palabra cinismo ayuda a entender, jamás a justificar esta actitud nefasta. Proviene del latín cynismus, y este del griego kynismós, derivado a su vez del griego kyon: ‘perro’, es decir, presumen y defienden como perros su descaro y falta de vergüenza.

El término permite hacer referencia a la insolencia, la obscenidad descarada y la falta de vergüenza a la hora de mentir o defender acciones que son condenables. La actitud cínica está vinculada al sarcasmo, la ironía y la abierta burla a los demás, en este caso a los oaxaqueños.

Ésta introducción es obligada para intentar entender el escandaloso saqueo de Gabino Cué y su mafia. Si el pueblo no perdona ni olvida la escandalosa corrupción, menos olvida la burla del cinismo en grado superlativo al creer que se pueden pitorrear y cagar en la cara del pueblo.

Gabino Cué y su mafia debieran poner sus barbas a remojar y servirles de lección de vida la sorpresiva detención y encarcelamiento de Bulmaro Rito Salinas en su gobierno, no por corrupto, sino por pendejo al pasear cínicamente su soberbia por las calles oaxaqueñas.

Al igual que el ex gobernador de la primera alternancia y sus cómplices, el ex todopoderoso líder del Congreso del Estado y ex coordinador del Coplade creyó que por repartir dinero a manos llenas gozaría totalmente de impunidad por siempre, pero qué equivocado estaba.

Obligado es aludir a la sabiduría popular y recordar que “los carniceros del sexenio pasado serán las reses del actual régimen”, sobre todo, porque el pueblo reclama a gritos sangre en el circo de la política y hay que darle carne a los leones. Ojalá fuera justicia, no venganza.

Bajo esta perspectiva en un ejercicio de creación de escenarios político futuros desde ya podemos adelantar que, mientras Gabino Cué y Jorge Castillo Díaz seguirá siendo linchados mediáticamente, Germán Tenorio Vasconcelos y José Zorrilla terminarán en la cárcel.

Aun cuando Gabino Cué y Pepe Zorrilla tienen derecho de festejar faraónicamente la celebración de importantes acontecimientos personales o familiares ha sido incorrecto políticamente hacerlo ante el brutal agravio del saqueo que hicieron víctima a los oaxaqueños.

En otras palabras, el horno no está para bollos, además que es echarle sal a la herida abierta por su escandalosa corrupción o bien, gasolina al fuego. Es, en síntesis, escupir a la cara de los oaxaqueños su cinismo, máxime cuando entre ellos presumen “ya ves, no pasa nada”.

Una vez más reiteramos que al criticarles ácidamente no se trata de nada personal, sí de la obligación insoslayable de denunciar las injusticias y abusos del poder. No importa que seamos una voz que clama en el desierto o que una golondrina no hace verano. Lo sabemos.

Frente a los hechos no hay palabras que valgan ni pretexto que justifiquen lo injustificable. Ahí está la denuncia del secretario de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, José Ángel Díaz Navarro, sobre el intento de despojo y venta de 20 hectáreas de terreno en Huatulco.

Al igual que en la fallida construcción del Centro de Convenciones de Oaxaca, que beneficiaría al Hotel Victoria, como ocurre con el Estacionamiento del Cerro de El Fortín, la tranza se realizaría por el Fideicomiso para el Desarrollo Logístico del Estado de Oaxaca (Fidelo).

En los tres casos, amén de muchos otros hay un denominador común y correa de transmisión hacia José Zorrilla de San Martín Diego, Fidelo dependía de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico, cuyo titular y copropietario del Hotel Victoria es Pepe Zorrilla.

La amplia red de corrupción construida por Gabino lleva hacia arriba obligada y necesariamente a Jorge Enrique Castillo Díaz y de éste a Diódoro Carrasco Altamirano, y hacia abajo a Pepe Zorrilla, Francisco David Zorrilla Ruiz, ex director de Fidelo, y a Alberto Vargas Varela.

El intento fallido de despojo y compraventa de 20 hectáreas destinadas a vivienda media, ubicadas a un costado de la gasera del desarrollo turístico Bahías de Huatulco, fue orquestado por Gabino Cué y su mafia, a través de Pepe Zorrilla y el director de Fidelo, Francisco Zorrilla.

Fidelo trató de vender al representante legal de la empresa con domicilio social en Querétaro “Prefabricados Hábitat, S.A. de C.V., Gerardo Ángeles Bustos, a 50 pesos el metro cuadrado, a pesar que el valor comercial en la zona es de entre 500 y 1000 pesos metro cuadrado.

La dirección del domicilio social de dicha empresa es Mirador de Tequisquiapan 60, Colonia El Mirador, Municipio El Marqués, C.P. 76240, Querétaro. El importe total de la operación de compraventa ascendía a 10 millones de pesos que ya no se pudo llevar Gabino Cué y su mafia.

El Fideicomiso para el Desarrollo Logístico del Estado de Oaxaca (Fidelo) pagó 2 millones de pesos al Municipio de Santa María Huatulco por el cambio de uso de suelo de la reserva de las 20 hectáreas en breña, ubicadas en el Centro Integralmente Planeado de Santa María Huatulco.

Definitivamente, esta bola de rateros, no tienen madre. El gobernador Alejandro Murat que hizo renacer la esperanza que se haga justicia, no venganza, en contra de los saqueadores, está obligado social e históricamente a no defraudar a los oaxaqueños que creyeron y votaron por él.