El 17 de enero de 1920 inició en Estados Unidos la prohibición de la venta, producción, importación y transporte de alcohol, mejor conocida simplemente como “La Prohibición”.
Como con toda prohibición de un producto, la medida favoreció el nacimiento de un mercado negro altamente lucrativo. Las historias de los mafiosos que fueron popularizadas en libros y películas dan cuenta del atractivo de esta actividad. Dinero y muerte eran dos elementos que parecían ir de la mano con la prohibición.
En un momento en que varios países del mundo emprenden una feroz lucha contra las drogas, siendo México el más próximo; y otros empiezan a abrir espacios para su legalización, como recientemente hizo Colorado, vuelve a hablarse sobre el paralelismo que hay entre las prohibición del alcohol y las drogas.
Este punto de vista no es nuevo. Un trabajo de 1995 publicado en el “Journal of Economic Perspectives” por Jeffrey Miron y Jeffrey Zwiebel titulado “The Economic Case Against Drug Prohibition” aborda esta óptica de la situación en parte de su análisis.
El análisis se divide en diversas partes. Primero, se hace un análisis positivo de la prohibición, donde se responde a preguntas sobre los efectos económicos de dicha medida. En segundo lugar se hace un análisis normativo; por qué la prohibición actual es deseada por las autoridades. Posteriormente se hace una revisión de la evidencia histórica sobre la prohibición. Y, finalmente, se exponen diversos escenarios de política pública para hacer frente a las drogas, diferentes a la actual.
A continuación te presentamos algunos paralelismos de la prohibición del alcohol y las drogas, expuestos en el trabajo:
• “Evidencia apunta a que los precios de bienes prohibidos, sean drogas, alcohol o prostitución, son mayores durante la prohibición. Por ejemplo, Warburton estima que los precios del alcohol eran aproximadamente tres veces más altos durante la Prohibición que antes, y Morgan estima que la cocaína actualmente se vende al menos 20 veces por arriba que en libre mercado”.
• “La violencia fue usada en el comercio de alcohol durante los años de la Prohibición. La actual ausencia de violencia en la industria es notable dado que el consumo de alcohol es asociado con la reducción de inhibiciones”.
• “La tasa de homicidios se elevó rápidamente después de 1910, cuando muchos estados adoptaron leyes de prohibición de drogas y alcohol. La tasa también se elevó durante la Primera Guerra Mundial, cuando el alcohol y las drogas fueron prohibidas pro primera vez nacionalmente, y continuó al alza durante los 20 cuando los esfuerzos para hacer cumplir la Prohibición se elevaron. La tasa bajó dramáticamente después de la derogación de la Prohibición en 1934 y (salvo por los periodos de guerra) se mantuvo en niveles modestos durante varias décadas. A fines de los 60 la tasa incrementó dramáticamente nuevamente y se mantuvo en niveles históricamente altos durante los 70 y 80, coincidiendo con un drástico aumento en las leyes antidrogas”.
• “Durante la prohibición, las muertes por alcoholismo se elevaron más que cualquier otra medición alternativa para estimar el consumo de alcohol, presumiblemente porque el consumo de alcohol adulterado se elevó”.
• “La utilidad obtenida de beber alcohol socialmente es generalmente reconocida como un beneficio en las discusiones de políticas sobre el alcohol, y es extraordinario cómo la utilidad del consumo de drogas es ignorado en el discurso público de las políticas sobre drogas”.
• “Winick documenta que muchos usuarios de drogas son miembros productivos y funcionales en la sociedad (al igual que muchos usuarios de alcohol), con la mayoría aceptando que su principal problema relacionado con el uso de las drogas es tener una oferta estable”.
• “Evidencia existente también sugiere que las externalidades generadas por el consumo de sustitutos de drogas ilegales son al menos tan graves como las de las drogas ilegales”.
La conclusión a la que llega el trabajo es que “un libre mercado puede llevar a un incremento sustancial en el número de personas que usa drogas y posiblemente un incremento significativo de la cantidad total de drogas consumidas. Pero esa política también produciría una reducción sustancial de los efectos dañinos del uso de drogas sobre terceros, a través de menor violencia, crímenes sobre propiedades y otros canales. La evidencia existente sugiere que los costos sociales de la prohibición de las drogas son mayores que sus beneficios”. Aunque los autores advierten que la evidencia presentada aún está lejos de ser completa.