Aunque el repliegue de las autodefensas y de las fuerzas federales ha logrado recuperar poco a poco la seguridad y confianza de los productores de aguacate, en algunos municipios de Tierra Caliente la presencia del crimen organizado continúa afectando a los productores de limón, quienes se ven sujetos a obedecer las reglas que imponen los templarios.
El crimen organizado no sólo extorsiona, comete homicidios o impone cuotas, sino también determina qué días se corta el limón, en qué ranchos se puede trabajar y qué días se puede empaquetar para su venta.
“Ha mejorado la situación, pero no del todo. Por allá en Tepalcatepec, las cosas ya están más tranquilas. Allá las autodefensas ya controlan la seguridad y permiten la entrada de los cortadores a los ranchos”, explica Luis, cortador de limón en Tierra Caliente.
A más de 10 años de dedicarse a cortar el limón, Luis dice que en los últimos meses han disminuido las ganancias no sólo de los productores, sino también de los trabajadores, ya que el crimen organizado sólo permite que se corte limón tres veces a la semana.
“Ellos no dejan que uno trabaje diario. Trabajamos un día sí y otro no. Si uno corta el limón diario no hay quién te lo reciba en las empacadoras, las mismas que ellos controlan. Ellos ya tienen establecidos los días de empacar. Si llevas el limón fuera de estos días, nadie te recibe el producto. Se echa a perder”, comenta.
De acuerdo con productores y cortadores del cítrico en Tierra Caliente, el crimen organizado estableció que los días lunes, miércoles y viernes se podía cortar limón; mientras que los martes, jueves y sábados son exclusivos para empaquetar el producto.
“Ellos impusieron los días de cortar y empaquetar. La razón es simple: evitar que se malbarate el precio del producto, y con ello, disminuyan las cuotas de hasta 30 mil pesos mensuales que piden a los productores”, menciona el dueño de un rancho en Apatzingán, quien solicitó el anonimato ante el temor a represalias.
Además de las reglas que establecieron los integrantes del crimen organizado, los productores y cortadores no tienen permitido ingresar en algunos ranchos hasta que los templarios se lo autoricen.
“En las comunidades cercanas a Apatzingán no se puede trabajar. Ellos nos dan la orden de trabajar o no. Ayer fuimos a trabajar a un rancho en San Antonio y hasta las 8:00 de la mañana pudimos cortar. Uno quiere cortar, pero mientras no lo autoricen, no se puede”, explica Mario, habitante de Apatzingán.
En Apatzingán, uno de los municipios considerados por el gobierno federal como bastión de Los Caballeros Templarios, existen comunidades como El Guayabo, Puerta de Alambre, La Presa, El Alcalde, Holanda y Guanaguatillo, donde la organización criminal de Los Caballeros Templariossigue controlando las actividades que se realizan.
Entre ellas se encuentra la entrada a los ranchos y huertas donde se siembra limón, zonas templarias en las que las autoridades no ha ingresado debido a que esperan una fuerte respuesta por parte del crimen organizado.
En estas zonas se observan limones tirados porque no hay autorización para poder ingresar a recolectarlos y llevarlos a empacar.