El gobierno mexicano pagó casi un millón de dólares para remodelar una residencia de su propiedad en Nueva York, y que sirve de casa para quienes ocupan el consulado en esa ciudad, cargo que actualmente recae en la embajadora emérita, Sandra Fuentes-Berain Villenave.
La autorización del contrato de remodelación, del cual EL UNIVERSAL obtuvo una copia a través del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), fue firmada por el anterior cónsul general de México en Nueva York, Carlos Sada, el 2 de julio de 2013, cuando él ya estaba en proceso de ser trasladado a Los Ángeles, y Fuentes Berain, a la Gran Manzana. Aunque el contrato se comenzó a elaborar desde mayo de 2013.
El costo total del proyecto de remozamiento ascendió a 945 mil 977.50 dólares, monto con el cual la residencia fue transformada, desde el sótano, hasta las habitaciones de descanso.
Y es que para remodelar la casa se tuvieron que hacer demoliciones y excavaciones, a fin de introducir nueva estructura.
De acuerdo con el contrato, los 945 mil dólares se hicieron en siete pagos, conforme el avance de la obra que comenzó por proteger toda la estructura de la residencia ubicada en la calle 72, en Manhattan, para que se pudiese comenzar a trabajar ya con los permisos correspondientes que debe dar la ciudad de Nueva York.
Los gastos
Tan sólo para cambiar la cocina de la residencia, el gobierno mexicano tuvo que erogar 205 mil 90 dólares, toda vez que adquirió un nuevo mobiliario para la misma.
El aire acondicionado para el primer piso, tuvo un costo de 76 mil 260 dólares; la reparación de una bodega se llevó a cabo por 211 mil 560 dólares.
Para demoler unas columnas del patio de la residencia, se destinaron 49 mil 200 dólares.
La habitación destinada al personal de servicio que labora en el inmueble propiedad del gobierno mexicano, también tuvo cambios que costaron 39 mil 052 dólares. Modificar el piso de toda la residencia costó 77 mil 490 dólares, mientras que cambiar las escaleras del interior, 79 mil 950 dólares.
Reemplazar el baño principal en sus muebles y protecciones costó 6 mil 765 dólares. Impermeabilizar, 28 mil 290 dólares; tapar unas goteras, 11 mil 70 dólares.
Se fijó un monto de 50 mil dólares para cualquier contingencia que ocurriese en la remodelación; a ingenieros se les pagó 25 mil dólares y diseñar la estructura arquitectónica para los cambios, en donde se incluyen planos y contratos, tuvo un costo de 82 mil 250 dólares.
La residencia que habita el cónsul general de México en Nueva York es una casa construida en 1927 y adquirida por el gobierno mexicano en 1982. Se localiza en la zona de más alto poder adquisitivo de ese estado de la Unión Americana, donde también hay residencias que pertenecen a otras naciones.
Según la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue a inicios de 2012 que se visualizó la necesidad de dar mantenimiento a la casa y en julio de ese mismo año se presentó el proyecto que fue autorizado e iniciado un año después.
En la residencia se ofrecen recepciones a diplomáticos acreditados en la Gran Manzana y celebraciones de fiestas alusivas a México.
Fue el ex presidente Felipe Calderón quien a sugerencia de la ex secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, otorgó el nombramiento de embajadora emérita a Sandra Fuentes-Berain.
En abril de 2013 fue designada por el presidente Peña Nieto como cónsul general en Nueva York y ratificada por el Senado tres meses después. Llegó a ocupar su cargo en agosto de 2013.
