La conflictividad en municipios por temas de gobernabilidad o de inconformidades electorales se expresa otra vez, en la polémica entre partidos que se acusan de promover la inestabilidad política. La situación amenaza otra etapa de crisis política en el estado que no habrá de superarse si no se alcanza un pacto de civilidad y de institucionalidad. Y conste que la escalada del conflicto está llevando a una descomposición política pocas veces vista en el Estado. ¿Está claro quién o quiénes son los responsables? O hay que buscar chivos expiatorios.