La procuraduría estatal reportó la detención de Wilber Ronay García Sántiz, quien mediate Facebook enganchaba desde Tapachula a menores para obligarlas a prostituirse y entregarlas a redes de tratantes de personas.
La dependencia señaló que efectivos del grupo interinstitucional encabezados por la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Cometidos en Contra de Inmigrantes lograron la captura de García Sántiz cuando pretendía prostituir a una menor.
En esas acciones participaron agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y de las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana y de Seguridad Pública Municipal de Tapachula.
De acuerdo con las investigaciones, la menor de tan sólo 12 años recibió la invitación en FaceBook por parte de quien se hacía llamar “Cisne H Yoga” para agregarlo como amigo, tras conversar un par de veces la convenció para darle su número de teléfono.
Después empezaron a platicar a través de WhatsApp y la mamá de la víctima fue quien notó algo extraño en la conducta de la joven y la cuestionó; sin embargo, ella negó que estuviera pasando algo, pero más tarde observó una conversación entre su hija y García Sántiz.
En la conversación éste le ofrecía mil pesos a cambio de sostener relaciones sexuales con un amigo y al ver dichos mensajes la madre acudió a la Fiscalía Especializada para solicitar el apoyo de las autoridades.
Derivado de una operación de reacción inmediata, los agentes del grupo interinstitucional lograron la detención del presunto tratante afuera de una tienda ubicada frente al parque Bicentenario de Tapachula.
En el lugar fue rescatada la menor, quien relató que el sujeto pretendía llevarla con un hombre a quien le cobraría mil pesos, de los cuales 500 serían para él.
Como parte de la averiguación previa 022/FEDCCI-M-TAR3/2013, iniciada por el delito de Trata de personas, García Sántiz fue puesto a disposición del Agente del Ministerio Público.
El imputado confesó que se dedicaba a enganchar a menores, a través de las redes sociales, con el objeto de explotarlas sexualmente, obteniendo ganancias que iban de 500 a tres mil pesos por cada relación.
