San Raymundo Jalpan, Oax.- El diputado local por el Partido del Trabajo, Rafael Armando Arellanes Caballero, entregó al pleno de la Cámara de Diputados una iniciativa de reforma a artículos de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Oaxaca para instaurar las Audiencias Legislativas, que permitan mayor acercamiento a la ciudadanía e involucrarla en la toma de decisiones.
Bajo el principio de que una democracia debe ser incluyente y participativa enfocada al desarrollo humano, dijo que resulta indispensable generar y promover canales que incentiven la participación y la corresponsabilidad de la sociedad en las decisiones fundamentales sobre el camino que debe seguir el estado.
La iniciativa con proyecto de decreto adiciona una fracción VIII al artículo 37 y la fracción XVI al artículo 40; se reforma la fracción XVI del artículo 40 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Oaxaca; y se adiciona el artículo 37 TER Reglamento Interior del Congreso.
“La sociedad espera de sus legisladores la atención a sus necesidades, a la problemática que viven día a día, a que su voz sea escuchada y plasmada en disposiciones constitucionales, legales y normativas que faciliten las gestiones que requieren las comunidades ante las diversas instancias ya sean de carácter Federal, Estatal o Municipal; de tal manera que el trabajo del legislador coadyuve y sea un factor de desarrollo”, manifestó.
Sin embargo, sostuvo que lo anterior no es posible si el legislador permanece estático y ajeno a toda esta problemática, no es posible si no existe un acercamiento real a la ciudadanía que es la que nos ha otorgado la confianza para representarlos y hacer valer su voz en los asuntos de carácter prioritario para el desarrollo del Estado y que se discuten en este recinto parlamentario.
En el Partido del Trabajo, afirmó, se tiene certeza en la capacidad de la sociedad civil para participar activamente con responsabilidad en las decisiones fundamentales que se requieren para el desarrollo del Estado.
“En Oaxaca hemos dejado atrás las épocas en que algunos gobernaban y legislaban según su propio interés.
“Todos conocemos las condiciones de pobreza en que viven cerca de un millón de oaxaqueños y que una gran cantidad de acciones de gobierno y de leyes existentes, no siempre coinciden con las expectativas de vida de los millones de oaxaqueños que viven alejados de las zonas urbanas, porque el legislador no tuvo la sensibilidad de ir directamente a las comunidades, regiones o distritos en donde nace la inquietud, hecho, o problema que conlleva a la implementación de una nueva norma o bien su reforma para adecuarla a una realidad que no vive ni conoce de primera mano”.
El legislador petista aseguró que es un agravio para la sociedad oaxaqueña no ser oída ni ser partícipe de las decisiones fundamentales para el desarrollo del Estado.
Y en ese sentido, puntualizó que el Poder Legislativo debe impulsar el desarrollo de las comunidades del Estado y no de detener su avance al no atender y dar respuesta de manera urgente a los problemas y necesidades de la sociedad a la cual representamos.
“En el Partido del Trabajo, consideramos que ha llegado el momento de definir procedimientos de audiencias y consulta ciudadana del Poder Legislativo y plasmarlos en la Ley Orgánica del Poder Legislativo y el Reglamento Interno, tal y como se obliga por mandato Constitucional.
“Es importante promover un diálogo más continuo entre los sectores administrativo y social, pero es trascendental que en ese diálogo se integre al sector legislativo por medio de la figura de Audiencia Legislativa, para optimizar la búsqueda de fórmulas que coadyuven a lograr el desarrollo integral y sostenido de Oaxaca”.
En la actualidad las Audiencias, dijo que como espacio de participación ciudadana, son el ejercicio democrático por excelencia en donde el ciudadano aporta ideas y criterios de solución a los asuntos de interés público.
Rafael Arellanes recalcó que en plena democracia, las propuestas ciudadanas deberían ser el preámbulo para una toma de decisión de los tres órdenes de gobierno, en donde las políticas y gestión pasen por el tamiz de la crítica racional y, en particular, de la legitimidad popular.
