Tan luego suenan las doce campanadas que anuncian el medio día, en Oaxaca capital todo se vuelve color y alegría. Es el cuarto viernes de cuaresma y con ella, la Samaritana.
La tradición de “La Samaritana” se basa en el pasaje bíblico donde una mujer de Samaria ofrece agua a Jesús de Nazaret.
El pasaje descrito por el evangelio de San Juan, relata que “eran como las doce del día, y Jesús estaba cansado del viaje. Por eso se sentó a la orilla del pozo de Jacob,.. En eso, una mujer de Samaria llegó a sacar agua del pozo. Jesús le dijo a la mujer:
—Dame un poco de agua.”
En Oaxaca, este momento que recuerda la cuaresma, sirve para que la gente de buena voluntad regale agua fresca de diversos sabores a cualquier persona.
Se cree que la tradición inició a finales del Siglo XIX y probablemente fue en las iglesias de San Francisco y La Merced, en la ciudad de Oaxaca; de ahí, se volvió muy popular pasándose a recrear este pasaje a las escuelas, establecimientos comerciales y hasta oficinas públicas.
En estos lugares los visitantes podrán disfrutar y degustar las aguas de sabores más típicas: la horchata de arroz, chilacayota, jamaica, melón, tuna, piña, tamarindo, sandía, entre otras muchas que se preparan con fruta de la temporada.
También para acompañar esta fresca tradición, hay quienes ofrecen los tradicionales dulces regionales y nieves de sabores, que para una calurosa tarde, son un verdadero deleite.
Desde las primeras horas de la mañana se comienza con los preparativos, el adorno de los puestos y la misma vestimenta de las mujeres, las cuales lucen coloridos trajes regionales.
En algunos sitios, plazas públicas o atrios de las iglesias, se pueden escuchar las melodiosas notas de bandas de viento o grupos musicales, las cuales dan más sabor y color a esta tradición oaxaqueña.