Quieren hablar en persona con Peña Nieto, aseguran. Para explicarle de primera mano cuáles son los peligros y la grave situación de violencia que enfrenta la migración indocumentada a su paso por México, y para que el mandatario vea con sus propios ojos las mutilaciones que el ferrocarril al que llaman La Bestia genera en los cuerpos de cientos de personas que, a diario, intentan llegar a la frontera de Estados Unidos.
Por ello, un grupo integrado por 15 hondureños que sufrieron algún tipo de mutilación en su trayecto en el ferrocarril -originalmente lo componían 20, pero cinco decidieron volver a su país-, emprendió un largo trayecto desde sus lugares de origen hasta la Ciudad de México, donde esperan llegar al Senado de la República y poder solicitar una audiencia con Peña Nieto.
Sin embargo, José Luis Hernández, presidente de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (Amiredis), lamenta en una entrevista con Animal Político que las autoridades migratorias no están por la labor de facilitarles el trayecto hasta la capital mexicana, por lo que llevan varados en Tapachula, Chiapas, desde el pasado 25 de marzo en espera de una visa humanitaria que no llega.
“Llevamos nueve días ya aquí. Estamos cansados, angustiados, y nadie nos da una respuesta. No entendemos por qué no nos dan la visa humanitaria. Y además ahora nos dicenque tenemos que esperar otros 20 días más”, señala José Luis Hernández, quien en un intento previo de entrar a Estados Unidos perdió la pierna y el brazo derecho, y parte de la mano izquierda, tras 19 días viajando arriba del ferrocarril y sufrir un desmayo producto del cansancio que lo dejó al borde de la muerte cuando atravesaba el estado de Chihuahua.
En este sentido, Hernández señala que después de pasar más de una semana en el albergue de migrantes Jesús El Buen Pastor, y de hacer plantón frente a las instalaciones del palacio municipal de Tapachula, ha llegado la hora de continuar con el camino “a como dé lugar”, y que incluso están dispuestos a abordar nuevamente La Bestia para llegar a la Ciudad de México y denunciar el calvario que afrontan los migrantes a su paso por México.
“Ya no aguantamos más, nos vamos a ir en el tren. Sabemos que está muy peligroso viajar en La Bestia, pero no nos queda de otra, porque aquí sólo son trabas y más trabas. Nos vamos a ir a como de lugar”, asegura el migrante hondureño.