‘Autodefensas’ encarecen la entrega de sus armas

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El Consejo General de las Autodefensas de Michoacán condicionó ayer su desarme.

Antes de discutir cualquier despistolización, el movimiento exigió al gobierno federal garantías de seguridad para todos sus integrantes y, en esencia, cumplir las siguientes exigencias:

Eliminación o detención de mandos medios de Los caballeros templarios que aún permanecen libres en el estado; liberación de un centenar de comunitarios encarcelados por portación de arma de uso exclusivo de las fuerzas armadas; legalizar y otorgar personalidad jurídica a las autodefensas; integrar a la policía estatal a sus miembros, y “limpiar y restaurar el estado de derecho” en Michoacán.

“El desarme lo vamos a dejar pendiente hasta el último (del cumplimiento de estas condiciones)”, dijo el coordinador y vocero del movimiento, José Manuel Mireles, quien reveló que ayer recibieron un ultimátum del gobierno federal para que depongan las armas antes del 10 de mayo próximo.

Ante ese ultimátum —que puede poner en rumbo de colisión a las autodefensas con las autoridades federales—, el consejo general respondió fijando el suyo propio: el gobierno federal tiene hasta el 10 de mayo para liberar a los comunitarios que permanecen por portación de arma en prisiones federales y estatales, en su mayor parte de Aquila, Coalcomán, Tepalcatepec, Chinicuila, Buenavista y Aguililla.

Sin embargo, no detalló cuáles serían las consecuencias de no cumplirse ambos plazos fatales.

Al término de una reunión de cuatro horas entre 32 mandos de las autodefensas en el tianguis limonero de Apatzingán, se reveló además que el comisionado Federal para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, se reunirá con el Consejo General el próximo lunes en esta ciudad para escuchar personalmente sus exigencias.

Como reveló ayer MILENIO, uno de los reclamos centrales de parte del Consejo General de las Autodefensas —condición sine qua non para el desarme— pasa ahora por la eliminación de 100 jefes de plaza, sicarios y administradores de Los caballeros templarios que aún no han caído, ante el riesgo de que cobren venganza tras una desmovilización.

“Ese es el temor que tenemos. Que mañana llegue un cazador solitario y nos vacíe una pistola sin traer armas porque el gobierno nos desarmó”, dijo Mireles.

“No se trata de que el gobierno nos desarme y nos diga ‘váyanse a sus casas muchachos, ya todo está bien’, porque todos sabemos que las cosas no están bien y que corremos riesgos”, agregó.

Citó a manera de ejemplo el caso del hermano del ex dirigente del PAN en Colima, Octavio Contreras, quien fue asesinado esta semana por un par de sicarios; estaba en la mira de los templarios por haber asistido al movimiento de autodefensas.

Según expuso Mireles, cada uno de los 32 líderes de las autodefensas tiene identificados a los mandos medios templarios de su región que deben ser eliminados o detenidos.

Se trata de personajes encargados de la extorsión de presidentes municipales o encargados de finanzas, así como jefes de plaza quienes aún cuentan con sus armas y que, pese a estar ocultos, representan un riesgo.

En el caso de Tepalcatepec, por ejemplo, explicó que aún permanecen libres El Tucán, El Gallo y Los Chatos, personajes que no alcanzaron la notoriedad de Servando Gómez, Nazario Moreno o Enrique Plancarte, pero que aun así acosaron directamente a los autodefensas que se les opusieron. Dejarles libres y desarmarse, indicó, implica quedar a su merced.

En la línea de buscar la legalización de las autodefensas, Mireles explicó también que otro de los acuerdos alcanzados ayer fue el de que todos los dirigentes del movimiento tramiten sus cartas de no antecedentes penales para mostrar al gobierno federal que no hay vinculación alguna con delitos y que se les puede confiar con armas. “Yo ya saqué mi carta”, dijo.

Resumió que “si el 10 de mayo ya cumplieron con todos nuestros objetivos, con gusto lo vamos a hacer (el desarme), pero no antes. No se vale pedir que nos desarmemos si no han cumplido con las otras cosas”.

MUERE UNO EN BALACERA EN JIQUILPAN

Un enfrentamiento entre autodefensas y un grupo de gatilleros dejó saldo de un muerto en el municipio de Jiquilpan, donde el fin de semana pasado los policías comunitarios y agentes federales supuestamente habían dado con el paradero de Servando Gómez, La Tuta, presunto líder de Los caballeros templarios, lo que provocó quema de autos y balaceras en distintas zonas.

La Dirección de Seguridad Pública local informó que el enfrentamiento de ayer se originó alrededor de las 9:30 horas, sobre la avenida Circunvalación, en la colonia Infonavit Oriente.

Los grupos rivales se encontraron de frente cuando viajaban en camionetas; rápidamente se desató el tiroteo y la persecución, que se prolongó por varios minutos.

Como resultado un hombre de aproximadamente 40 años, quien no fue identificado, murió.

Los grupos se dispersaron abandonando el cuerpo en la vía pública, mientras autoridades policiales arribaron para acordonar la zona, sin que hubiera detenidos.

Elementos del Ejército, la Marina, la Policía Federal y la Estatal patrullaron e implementaron un operativo de vigilancia.