El ferri hundido este miércoles en Corea del Sur se desvió de la ruta recomendada e hizo un giro brusco, ha informado este jueves la Guardia Costera, lo que podría aportar luz sobre las causas de un accidente que mantiene conmocionado al país y en el que han muerto nueve personas y 287 siguen desaparecidas, según los últimos datos oficiales. Los familiares de los pasajeros han expresado su rabia contra el Gobierno, al que acusan de gestionar mal el rescate y proporcionar información incorrecta.
Los equipos de rescate han suspendido las tareas de búsqueda de supervivientes por las malas condiciones de visibilidad y las fuertes corrientes. Más de medio millar de buceadores, 169 barcos y una treintena de helicópteros participaban en la búsqueda a la desesperada de los desaparecidos que habrían quedado atrapados en el barco con escasas probabilidades de sobrevivir. Hasta ahora, 179 personas han sido rescatadas con vida.
La divulgación de los mensajes de texto que intercambiaron víctimas y familiares durante el hundimiento del buque surcoreano Sewol ha conmovido a la sociedad surcoreana.
“Papá, no te preocupes. Tengo un chaleco salvavidas y estamos resguardados todos juntos”, escribió un estudiante de 18 años, a quien su padre respondió: “Aunque el rescate está en marcha, sal por tu cuenta si puedes”. El joven finalmente no pudo abandonar el buque y su nombre figura entre los 287 desaparecidos, informó la cadena surcoreana MBC, que mostró capturas de pantalla de la conversación.
Otro estudiante, temeroso de que ocurriera lo peor, escribió a su madre “quizá no te lo pueda volver a decir nunca más: te quiero”, publicó el diario Kyunghyang. Este joven se encuentra entre los 179 rescatados.
“Parece que vamos a morir. El barco se está inclinando”, comentó otro joven cuya suerte se desconoce en un mensaje de grupo a varios amigos cercanos.
Tras interrogar al capitán y a otros miembros de la tripulación, funcionarios de la Guardia Costera informaron a medios surcoreanos de que el buque con 475 pasajeros a bordo, la mayoría estudiantes de instituto, se desvió de la ruta recomendada por el Gobierno entre el puerto de Incheon (noroeste) y la isla de Jeju (sur).
Además, según las autoridades, el barco habría realizado un cambio de dirección brusco en lugar de girar de forma gradual en aguas frente a la costa suroeste de Corea del Sur. Este giro podría haber causado el desplazamiento de parte de la carga, lo que habría desequilibrado el barco y provocado su vuelco, según una nueva hipótesis planteada por expertos que todavía no ha podido ser verificada.
Las primeras evaluaciones sobre lo sucedido mantenían que el Sewolcolisionó con una roca o un arrecife que habría roto su casco provocando la entrada de agua, aunque se han multiplicado las conjeturas sobre las causas del hundimiento. El Gobierno surcoreano anunció este miércoles que no se comenzarán a investigar las causas u ofrecer conclusiones hasta que concluyan las labores de rescate.
Los supervivientes relataron que sobre las nueve de la mañana, hora local (00.00 GMT) del martes, se escuchó un fuerte estruendo en el barco, que fue volcando poco a poco hasta hundirse casi por completo unas dos horas después.
El capitán del barco, Lee Joon-seok, de 69 años, afronta una investigación penal por supuesta negligencia, según la Guardia Costera. También se investiga los testimonios que afirman que fue de los primeros en abandonar el ferri. “Estoy profundamente avergonzado. (…) Lo siento mucho por los pasajeros y los familiares de los desaparecidos”, ha dicho Lee, que apareció ante las cámaras con el rostro oculto antes de someterse a un interrogatorio en el cuartel de la Guardia Costera surcoreana en Jindo.
Los parientes de los afectados recibieron con un aluvión de protestas al primer ministro surcoreano, Chung Hong-won, cuando éste acudió a la localidad de Jindo, en la costa suroste del país, para reunirse con ellos, informó el diario local Korea Herald. Del total de pasajeros, 325 eran estudiantes de bachillerato de un instituto de Ansan, en la periferia de Seúl, que partieron en un viaje escolar a la turística isla de Jeju. La difusión de los últimos mensajes enviados por algunos de los adolescentes a sus familiares ha conmovido a la sociedad surcoreana.
La tensión es constante en el polideportivo de Jindo, donde los familiares permanecen alojados y donde se han producido varios intentos de agresión de padres y madres desesperados a autoridades políticas y medios de comunicación. Los familiares acusan al Gobierno de haber gestionado tarde y mal las operaciones de rescate, ya que durante las dos horas que se prolongó el hundimiento, solo se pudo poner a salvo a 179 personas. Atribuyen tanto a políticos como a medios de comunicación haber propagado desinformación con un desconcertante baile de datos sobre supervivientes y rescatados durante las primeras 12 horas tras el suceso.
Los supervivientes, por su parte, han criticado lo que podría ser una grave negligencia por parte de la tripulación del barco, que les ordenó permanecer en sus asientos en lugar de ponerse a salvo durante aproximadamente una hora tras escucharse el estruendo que dio lugar al inicio del hundimiento. “El barco se inclinaba cada vez más, pero hubo varias transmisiones que nos decían que nos quedáramos en nuestro lugar”, relató un superviviente de 17 años al diario localHankyoreh. “Quizá todo habría sucedido de otra manera si la gente hubiera salido más rápido”, añadió. Otros rescatados criticaron que el capitán del barco, que salió del accidente con vida, fue uno de los primeros en abandonar la embarcación durante el hundimiento.
De confirmarse los peores augurios, el hundimiento podría ser una de las peores tragedias humanas vividas en Corea del Sur, similar al naufragio de un barco en octubre de 1993 en la costa oeste que dejó 292 fallecidos.