Sobrino de Cantinflas, en contra de Mario Moreno Ivanova

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Mario Moreno Laparade asegura que el hijo del actor sólo busca explotar su figura con fines de lucro.

Contundente fue la declaración que Eduardo Moreno Laparade, hizo respecto a los proyectos que su primo Mario Moreno Ivanova y su esposa Tita Marbez planean realizar en torno a la figura de Cantinflas, un museo itinerante y un libro sobre su vida.

“Ellos lo único que hacen es tratar de explotar la figura del señor Mario Moreno (Reyes), siempre con fines de lucro”, dijo el sobrino del “mimo de México”, a las puertas de la Basílica de Guadalupe, donde se llevó a cabo el día de hoy una misa por el 21 aniversario luctuoso del actor.

También manifestó su descontento por la reciente apertura de la tumba de su tío por parte de Ivanova, para montar una exposición con algunos objetos, figuras y retratos del comediante y que durante un fin de semana el público pudo visitar.

“El allanar la cripta de mi tío y 13 familiares más que hay ahí, es una vergüenza, nada más le faltó vender palomitas allá adentro, porque no se puede hacer eso, abrir la tumba y hacer como si se tratara de un circo o una carpa”, dijo Moreno Lapared.

Sobre la carta abierta que Irene G. de Lanz mandó al hijo del Cantinflas, comentó que para nadie es secreto los derroches y vicios de Ivanova, “los hechos demuestran el tipo de vida que lleva, la vida que les dio a sus hijos, entonces no hay más que comentar”.

Eduardo Moreno restó importancia a las declaraciones hechas por Ivanova, en las que asegura que la notaria pública estaba en contubernio con él, para que certificara que efectivamente su padre le cedió los derechos de sus películas.

“La misma notario público Melvy Reyna puede haber dicho que ella no vio firmar a Cantinflas, yo digo que sí, y lo que vale es el papelito que ella firmó. Él ha comprado a la notaria, la trae por aquí y por allá, pero bueno los hechos ya están demostrados”, finalizó.

Además de Eduardo Moreno Laparade, en la ceremonia eucarística estuvieron presentes la periodista Irene G. de Lanz y a la actriz Maty Huitrón, que desde la primera banca frente al altar siguieron con atención el desarrollo de la misa, pesé a la cercanía de algunos medios de comunicación.