Cada 41 minutos se queda embarazada una joven panameña. Un informe del Ministerio de Salud de Panamá (Minsa) mostró que en los primeros 59 días de este año se registraron 2.030 embarazos en adolescentes y muchos de ellos tienen que ver con los abusos sexuales que sufren las menores.
De un total de 68,342 embarazos registrados en 2012 y 2013, 20,858 fueron de jóvenes de 10 a 19 años—10.152 en 2012 y 10.756 en 2013—y equivalieron a más del 30,5% de la cifra global nacional. El 27,1%—5.721—de los embarazos adolescentes en ambos años es de zonas indígenas, según un recuento entregado por el Minsa a este periódico. Los datos solo contemplan casos atendidos en centros médicos dependientes del Minsa, por lo que quedan fuera los registrados en instituciones de la seguridad social panameña o en clínicas privadas
“La situación es alarmante, gravísima. Es un problema bastante serio”, advirtió la panameña Cecilia Moreno, directora del no gubernamentalCentro de la Mujer Panameña. “Detrás de todo esto hay un abuso sexual de adolescentes, con incestos, violaciones de familiares o amigos de familiares que están abusando de estas niñas y muchachas”, dijo Moreno, en una entrevista con este diario.
“Lo que tenemos son datos con sub—registros. No hay una cifra compilada ni que incluya zonas remotas del país o alejadas de la capital. Hay un gran número de casos que se reportan centros de salud de fuera de la capital. Todo esto es muy grave porque tampoco se están adoptando medidas nacionales para enfrentar el problema. Tampoco hay educación sexual en centros educativos de primaria o secundaria”, afirmó.
Aunque se intentó aprobar una ley para impartir ese tipo de enseñanza, nunca se logró el consenso político, recordó. “La jerarquía de la Iglesia Católica ha guardado silencio frente al problema. Hay una doble moral, porque, por un lado, la jerarquía dice que debe haber protección y defensa de la vida, pero, por el otro, no se ofrece ningún tipo de alternativa al problema del embarazo en adolescentes”, subrayó.
Para complicar la situación, el fenómeno de los abortos inseguros y mal atendidos es paralelo. “Se sabe que hay al menos 5 mil embarazos interrumpidos y son casos que de alguna manera están ligados al aborto de adolescentes. Tampoco hay registros oficiales, ya que son ‘cifras negras’. Eso es parte de la crisis”, añadió.
“El problema de los embarazos en adolescentes es un fenómeno cultural”, dijo, por su parte, el médico panameño Carlos Gálvez, director general de Salud de Panamá, en una entrevista con este periódico. ”Por un lado, las relaciones sexuales se dan a edades tempranas en especial en las comunidades indígenas. Por otro lado, hay algo de resistencia al uso de métodos anticonceptivos”, explicó.
Al reconfirmar que las estadísticas confirman que “en todo el país una tercera parte de los embarazos son en damas de 10 a 19 años”, advirtió que la situación inquiera porque “esto corresponde a un segmento de población de riesgo”.
“Se está llevando educación sanitaria, en particular a las poblaciones indígenas por medio de negociaciones con sus autoridades. Hemos logrado alguna mejoría en la cifra de cobertura y podemos decir que, en comparación con lo que ocurría en las últimas décadas, si ha habido una mejoría. Pretendemos que esto se acelere a partir del próximo periodo gubernamental, que se inicia el primero de julio”, afirmó.
No obstante, admitió que se carece de programas de educación sexual para impartir en primaria y secundaria. “Ha habido un forcejeo legislativo. Un proyecto de ley planteado antes de 2009 fue pospuesto por oposición de diversos sectores. Pero hay otra fuerza mayor que está impulsando a que es altamente necesario para nuestros jóvenes que adquieran educación sexual de manera temprana para poder evitar este fenómeno de embarazos en adolescentes”, declaró.
“Es preocupante esto de los embarazos de adolescentes. Se da educación sanitaria con algunas recomendaciones éticas y espirituales, pero no sobre la conveniencia del uso de métodos de planificación. También a nivel de religión se explica la contraindicación de tener relaciones sexuales a edad temprana. En ciencias se habla sobre el riesgo de enfermedades de transmisión sexual”, narró.
Sobre el problema paralelo de embarazos interrumpidos, respondió que “es muy difícil tener una estadística de manera indirecta. Sabemos que hay un subregistro importante de este tipo de abortos provocados”.