La respuesta al guion leído por el síndico segundo municipal, Rodrigo Eligio González Illescas, en réplica a las declaraciones vertidas por regidor de Derechos Humanos, Omar Adrián Heredia Mariche, fue contundente: “cuando esté, como ustedes dicen, el que los manda, entonces hablamos”.
El colofón a una sesión de mero trámite, en la cual el presidente municipal, José Javier Villacaña Jiménez estuvo ausente y en su lugar, como encargada del despacho, la regidora de Contraloría, Transparencia, Gobernación y Reglamentos, Claudia del Carmen Silva Fernández; tuvo tintes de revancha.
Emulando a Floyd Maywater, desde su esquina, Rodrigo Eligio, defiende su cargo de Síndico Segundo que heredó de Marcelo Díaz de León Muriedas, quien en el ostracismo quiere seguir cobrando atrás de un escritorio en la Subsecretaría de Obras Públicas.
En el otro lado del cuadrilátero, Omar Adrián, quien recibe el castigo, pero aguanta candela.
El “script” que le redactó su asesor se divide en tarjeta uno, tarjeta dos, tarjeta tres y tarjeta especial, en síntesis 8 cuartillas que trastabillando apenas si logró leer.
En la tarjeta uno, las alusiones personales, porque a decir del servidor público municipal, mencionado en la declaración ofrecida al portal JM, no corresponden a la alta envergadura de su apellido.
Por la tarjeta dos, le hacen ver al hoy concejal del PAN, que a su paso como Secretario Municipal también cometió errores “graves” y que evidencian que desconocía la Ley… Comienza el relato de una cruenta historia en la que se involucran los “hermanos veneno”, Daniel y David Juárez López.
Tarjeta tres, González Illescas esgrime la defensa a su “encargo” y en la cual están de por medio las dos licencias solicitadas por el síndico segundo propietario, Marcelo Díaz de León Muriedas y que dice “son legales”; además que aprovecha para “tratar” de enmendar la plana al panista.
Finalmente, la “Tarjeta Especial”, continuación de la tercera y que específica sobre el procedimiento estipulado en el artículo 83 de la Ley Orgánica Municipal en su fracción II.
Los espectadores y seguidores de González Illescas, ovacionaron a su “gallo” y lanzaron silbatina en contra del oponente, quien en su momento, sin salirse de su guardia alta, esgrimió el mejor “cruzado” de su repertorio y aplicó un verdadero nocaut sin despeinarse.
“Cuando esté, como ustedes dicen, el que los manda, entonces hablamos”.
El golpe sacudió hasta a los de las butacas, a quienes solo les quedó de orgullo ser “corifeos” del síndico segundo, quien no replicó y dio paso a que la encargada de la presidencia clausurara los trabajos de una sesión de las más breves, 15 minutos.