Facebook tiene 30 millones de perfiles abiertos de personas que han fallecido, según un estudio difundido por la empresa DAS Internacional.
Cuando los usuarios fallecen, se pueden perder contenidos porque no se conocen las claves y puede suponer asuntos legales como suplantación de identidad o vulneración del derecho a la intimidad o de la propia imagen advirtió el informe Cloud Generation.
Ante esto, la empresa DAS Internacional recomienda incluir en el testamento un listado de la actividad digital y manifestar qué se desea hacer con la “herencia digital”.