Para cumplir con el derecho constitucional a una alimentación sana y de calidad, el presidente de la Comisión Sur-Sureste, Benjamín Robles Montoya, exigió a la Sagarpa cumplir con la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBIOGEM) y que las empresas productoras de alimentos, principalmente las extranjeras, informen el origen de las materias primas con que están elaborados.
El legislador oaxaqueño expuso que la LBIOGEM obliga a etiquetar todo Organismo Genéticamente Modificado (OGMs) o producto que lo contenga, y el cumplimiento de este requisito es importante porque se trata de alimentos para el consumo humano, aunque este ordenamiento ni el mandato constitucional se cumplen.
“Cuando se acude al supermercado o mercado tradicional se puede percibir que hay una gran cantidad de alimentos importados de EEUU, pero no se tiene el cuidado de leer una nota sobre el contenido o no del origen transgénicos, lo mismo sucede cuando se compra por ejemplo tortillas –alimento esencial de los mexicanos- que son elaboradas con maíz amarillo, grano que carece nuestro país y que es importado de EEUU y éste se ha modificado genéticamente, estos hechos frecuentes y constantes vulneran el derecho del consumidor a saber a ciencia cierta el origen de sus alimentos”, señaló Robles.
Refirió que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para cumplir este requisito, el 29 de octubre de 2003 firmó un tratado trilateral con EEUU y Canadá denominado: “Requisitos de Documentación para Organismos Vivos Modificados para Alimentación, Forraje o para Procesamiento OVM/AFP”.
En 2005, la dependencia, dijo, diseñó un esquema voluntario de cumplimiento a través del “Programa Piloto para la documentación que acompaña a las importaciones de maíz amarillo destinado para uso directo como consumo humano, animal o para procesamiento”.
“Estas acciones no son insuficientes porque si bien al momento de arribar al país los embarques de productos contienen la leyenda de OGMs, una vez que se incorpora al mercado ya no conserva este enunciado por lo que el consumidor final ignora si contiene o no OGMs, ante esto se muestra una evasión por parte de los productores y comerciantes de etiquetar los alimentos transgénicos”, explicó.
Debido a que el derecho humano a una alimentación sana y de calidad está por encima de los acuerdos internacionales firmados con EEUU y Canadá (quienes se han opuesto de manera rotunda al etiquetado de transgénicos ya que temen que las ventas disminuirán), el legislador del PRD presentó el siguiente punto de acuerdo ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión:
Solicitar a la Sagarpa un informe sobre los permisos de experimentación, programa piloto y de liberación comercial sobre OGMs otorgados hasta la fecha. Y pedirle a la misma dependencia un informe sobre qué productos agropecuarios y agroalimentarios transgénicos se encuentran en el mercado nacional y las medidas que ha tomado para dar cumplimiento al etiquetado de alimentos transgénicos.