Oaxaca ocupa décimo lugar en corrupción: INEGI

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Según un estudio publicado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Oaxaca ocupa el lugar número diez en todo el país, en la percepción de sus ciudadanos en cuanto a experiencia de corrupción en la realización de sus trámites ante autoridades.

Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2013, es el nombre del análisis cuya primera parte fue publicada este lunes, con una tasa para Oaxaca de 12.439 personas experimentando la corrupción por cada 100,000 habitantes encuestados.

A este respecto vale recordar el caso del Institutito Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), con una tradición de tráfico de plazas entre su personal, el cual ha llevado a que en el instituto haya más escritorios que archiveros.

Según informes de personal del instituto que han preferido guardar el anonimato, es intención de las políticas públicas del IEEPO la instauración de un puesto específico dentro de su organigrama, encargado de la realización de videos institucionales que sean proyectados en la sala de trámites y ventanillas en las que diariamente cientos de personas realizan sus diligencias sobre certificados y constancias.

El video tendría como propósito el empezar a generar una cultura de honestidad entre las y los funcionarios encargados de dicha tramitología y el público que la realiza. Los videos a realizarse abordarían la visión y los valores del instituto y harían peculiar énfasis en el hecho de que los trámites de ventanilla son absolutamente gratuitos.

La intención sería que ni la gente que va a realizar su trámite de o sugiera la mordida, ni las personas que se encuentran detrás de la ventanilla la pidan o la insinúen, con el fin de agilizar las diligencias para la obtención de un documento, que de cuatro o cinco vueltas se puede reducir a dos con su respectiva mochada de por medio.

El estudio también aborda la calificación de corrupción, que los ciudadanos otorgan a Gobiernos estatales (77.2%), y gobiernos municipales (75.8%) en ese aspecto Oaxaca tiene para dar y repartir.

Sino ahí está el reciente ejemplo del priista Bulmaro Rito Salinas, funcionario de alto rango y hombre fuerte del ulisismo, quien fue inhabilitado para ocupar cualquier puesto público durante quince años y actualmente se encuentra amparado ante un proceso legal que se le sigue por supuestos actos de corrupción.

Y qué decir de su ex jefe Ulises Ruiz Ortiz, su socio en la construcción y posterior explotación de los edificios conglomerados que forman ciudad administrativa y Ciudad Judicial, construidas cuando él fue gobernador mediante un entramado de auto prestamos millonarios y bancos y constructoras fantasmas, que no solo saquearon en su momento las arcas públicas, sino que las seguirán saqueando vía un enjuague que el propio Ruiz Ortiz se guardó para sus bolsillos, durante los siguientes quince años

A esto se le suman hospitales construidos pero nunca inaugurados, cuyos aparatos e instrumental terminaron en el hospital que la esposa del ex gobernador posee en la ciudad de México y la orden de aprensión que persiste contra un prófugo Miguel Ángel Ortega Habib , ex secretario de finanzas del ulisismo por un fraude millonario , y las ordenes de aprensión que en enero del 2013 se giraron por actos de corrupción contra otros siete funcionarios de alto perfil del gobierno del tristemente célebre (y hoy impune) Ulises Ruiz .

Pero la corrupción en Oaxaca no es privativa de un partido político, el PRI. El panista Luis Ugartechea Begué, llegó a la presidencia municipal de la ciudad de Oaxaca gracias a que pertenecía la misma alianza política que aquel que fue elegido gobernador, Gabino Cué Monteagudo.

Durante su mandato, Ugartechea, restaurantero de profesión, presumió siempre de ser diferente, de ser honesto, y de que en el si se podía confiar . La realidad es que hoy existen acusaciones en su contra por parte del actual gobierno municipal de un peculado de más de 300 millones de pesos, de haberse auto gestionado el permiso dos de sus restaurantes, y un proceso iniciado por la Auditoría Superior del Estado (ASE)

Aunque al final, lo más probable es que como en todo funcionario público acusado de corrupción en Oaxaca, no termine por pasarle nada