Los países deben poner más énfasis en las políticas destinadas a mantener y potenciar la contribución de los bosques a los medios de subsistencia, alimentación, salud y energía, afirmó hoy la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En su informe “El estado de los bosques del mundo (SOFO)”, presentado este lunes en la inauguración de la 22 reunión del Comité Forestal de la FAO (COFO), resaltó que una parte significativa de la población mundial depende de los productos forestales para satisfacer sus necesidades básicas.
Sin embargo, señaló que estos beneficios socioeconómicos a menudo no se abordan adecuadamente en las políticas forestales y otras pertinentes, a pesar de su enorme potencial para contribuir a la reducción de la pobreza, el desarrollo rural y para crear economías más verdes.
“Esta edición del SOFO 2014 se centra en los beneficios socioeconómicos derivados de los bosques”, afirmó el director general de la FAO, José Graziano da Silva.
“Es impresionante ver cómo los bosques contribuyen a las necesidades básicas y los medios de vida rurales. También son un sumidero de carbono y preservan la biodiversidad”, añadió.
“Déjenme decir esto claramente: no podemos garantizar la seguridad alimentaria o el desarrollo sostenible sin la preservación y el uso de los recursos forestales de manera responsable”, agregó.
El informe dijo que en muchos países en desarrollo, la dendroenergía (energía procedente de la madera) es a menudo el único combustible accesible y asequible para la mayoría de la gente y que una de cada tres familias usa la madera como principal combustible para cocinar.
“La dendroenergía proporciona más de la mitad del suministro total de energía en 29 países, incluyendo 22 en África. En Tanzania, por ejemplo, el combustible de madera representa cerca del 90 por ciento del consumo total de energía nacional”, anotó.
Según la FAO; la energía de la madera es esencial para la seguridad alimentaria de miles de millones de personas, pero las políticas forestales, energéticas y de seguridad alimentaria raramente reconocen totalmente este hecho.
Dijo que queda mucho por hacer para mejorar la producción de la dendroenergía, hacerla más sostenible y reducir la carga sobre las mujeres y los niños, que recogen el 85 por ciento de toda la leña utilizada en los hogares.
De acuerdo con el informe, al menos mil 300 millones de personas -un 18 por ciento de la población mundial- viven en casas construidas en madera.
Indicó que esto es especialmente importante en los países menos desarrollados, donde los productos forestales suelen ser más asequibles que otros materiales de construcción.
La producción de materiales de construcción, dendroenergía y productos forestales no madereros emplea a por lo menos 41 millones de personas en el sector “informal” en todo el mundo, el triple del número de personas empleadas en el sector forestal formal, resaltó el informe.
Además, dijo, los bosques desempeñan muchos servicios ambientales esenciales, como el control de la erosión, la polinización, el control de plagas y enfermedades naturales y la mitigación del cambio climático, al tiempo que proporcionan numerosos servicios sociales y culturales y nutrientes.
El nuevo informe de la FAO subrayó que proporcionar a las comunidades y las familias locales acceso a los bosques y los mercados y fortalecer los derechos de tenencia de los bosques, son una forma potente de mejorar los beneficios socioeconómicos de los bosques y reducir la pobreza en las zonas rurales.
“Los países deben cambiar su enfoque, tanto en la recopilación de datos y la formulación de políticas, desde la producción a los beneficios. En otras palabras, de los árboles a la gente”, señaló el subdirector general de la FAO al frente del departamento Forestal, Eduardo Rojas-Briales.