Después de varias semanas de demora debido a las condiciones del clima, la NASA lanzó el sábado un globo con helio que transportó un vehículo en forma de platillo hasta niveles elevados de la atmósfera de la Tierra a fin de probar tecnología que podría servir para los descensos en Marte.
Desde que las sondas espaciales gemelas Viking se posaron en el planeta rojo en 1976, la NASA ha utilizado el mismo sistema de paracaídas para reducir la velocidad de naves estáticas y exploradores rodantes una vez que han penetrado en la tenue atmósfera marciana.
Este vuelo experimental a un costo de 150 millones de dólares era para probar un novedoso vehículo y un paracaídas gigante, diseñado para el descenso de vehículos espaciales más pesados, y a la larga de astronautas sobre Marte.
Numerosas personas en todo el mundo pudieron observar en tiempo real porciones de la misión por internet gracias a cámaras telescópicas colocadas en el suelo. Después, durante la misión, cámaras a bordo del vehículo debían encenderse y transmitir imágenes en baja resolución.
Después de que despegara a las 11:40 de la mañana de la Instalación de Misiles en el Pacífico, en la isla hawaiana de Kauai, el globo elevó el vehículo en forma de disco sobre el océano.
Luego el vehículo debía encender su motor cohete para subir hasta casi 55 kilómetros (34 millas) de altura a velocidades supersónicas.
La atmosfera de la Tierra a esa gran altitud es similar a la tenue atmósfera de Marte. Cuando el vehículo se preparaba para regresar a la Tierra, un tubo a su alrededor debía expandirse como si se tratara de un pez globo hawaiano para frenar considerablemente el desplazamiento de la nave en su descenso desde Mach 4, es decir desde cuatro veces la velocidad del sonido.
Después un paracaídas se despliega y conduce al vehículo hasta una caída sobre el océano. El paracaídas, de 33,5 metros (110 pies) de diámetro, tiene el doble de tamaño que el que utilizó el explorador rodante Curiosity, de una tonelada de peso, en su descenso por la atmosfera marciana en 2011.
La prueba se había pospuesto en seis ocasiones debido a los fuetes vientos, los cuales debían estar tranquilos para que el globo no se perdiera al ser arrastrado hacia zonas fuera de la misión.