Según los investigadores, esta crisis podría justificarse al coincidir con el periodo en que las mujeres parecen tener mayores cargas, teniendo que balancear sus carreras con el cuidado de los hijos.
Luego de que un filme de 1955 protagonizado por Marilyn Monroe llamado ‘La comezón del séptimo año’ saltó a la fama, se generó una teoría popular en la que se asegura que las parejas entran en una ‘crisis matrimonial’ a los siete años de estar casados.
Según esta idea, a los siete años aumentan notoriamente las posibilidades de que una unión matrimonial finalice. Sin embargo, un nuevo estudio llegó para desmentir esta teoría y situar la llegada de la crisis luego de diez años de unión y no a los siete.
Según la investigación realizada por estudiantes de la Universidad Brigham Young en Utah (EU), es al cumplir la primera década de casados que una pareja parece mostrarse más infeliz y, por ende, corre el riesgo de terminar con la relación.
Tras entrevistar a más de 2 mil mujeres a quienes se les preguntó sobre lo que sentían de sus matrimonios los que llevaban por más de 35 años- se pudo comprobar que al menos dos tercios de ellas comenzaron muy felices sus relaciones, pero éstas fueron decayendo, siendo más infelices al cumplir una década de convivencia.
Según los investigadores, esta crisis podría justificarse al coincidir con el periodo en que las mujeres parecen tener mayores cargas, teniendo que balancear sus carreras con el cuidado de los hijos. Pero las buenas noticias son que la mala racha amorosa parece desaparecer cuando los niños ya crecen y alcanzan la independencia financiera.
De hecho, superada la crisis de los 10 años, la felicidad se ve incrementada y las discusiones con la pareja parecen ir desapareciendo, aunque el sentimiento de bienestar que fue percibido al principio de la relación no regresa en su totalidad.
El amor desnutrido Para Alejandra Godoy, terapeuta de parejas y sexóloga y directora de CEPPAS(Centro de la Persona, la Pareja y la Sexualidad de Chile), lo que más se está repitiendo entre las parejas en crisis es lo que llama la “desnutrición vincular”.
“Este fenómeno sería un signo de los tiempos, de esta era posmoderna. No nos es extraño escuchar en terapia que, tanto algunos hombres como mujeres- cuentan que cuando ya llevan muchos años juntos se sienten como ‘encarcelados’ dentro del compromiso de pareja, quejándose de que todo se pone aburrido y ‘rutinario’, confundiéndolo con la monotonía”, y comparándolo con lo que ellos creen que debe ser una relación exitosa, explicó.
Para Godoy, la era del consumismo en la que se vive actualmente, ha traído como resultado nuevas expectativas relacionadas con el individualismo y, tal como dijo, con el “narcisismo de corte hedonista”.
La consecuencias de esto parecen evidenciarse en que cada vez aparezcan más parejas separándose por motivos aparentemente superficiales, que las parejas asocian a “una desesperanzadora insatisfacción o, como nos dijo una paciente: ‘Me quiero separar porque no estoy siendo cien por ciento feliz'”. Es decir, hay aburrimiento y poca novedad en la relación.