Ante el dólar todas las grandes divisas del mundo palidecen. 2014 fue el año de la moneda estadounidense; su acelerón habla de la robustez de la recuperación económica estadounidense frente a una Europa y un Japón renqueantes y en general, de un clima de incertidumbre que anima a los inversores a resguardarse en la moneda de referencia. El arranque de 2015 en los mercados viene determinado por un dólar caro y un petróleo barato.
Esos dos factores, el drástico abaratamiento del petróleo y la depreciación del euro, están detrás de las revisiones al alza de los expertos sobre las perspectivas de la economía española, e incluso del conjunto de la zona euro, que bordeaba la recesión hace pocos meses. Aunque la recuperación deberá lidiar en 2015 con altos niveles de desempleo y deuda en muchas economías europeas, como la española. Y será puesta a prueba en las próximas semanas por la crisis política en Grecia. Las propuestas de Syriza, el partido con más apoyo en las encuestas despiertan amplios recelos en Bruselas y en los grandes inversores financieros.
En el mercado mundial de divisas fue el rublo ruso, arrastrado por el conflicto de Ucrania, el que sufrió el mayor desplome frente a los billetes verdes, del 45,88%. El peso argentino (-22,98%) y el colombiano (-22,98%) les siguen como las monedas más castigadas ante el dólar, mientras que el euro ha perdido un 11,97% de su valor. Al acabar 2013, por cada euro se obtenían 1,376 dólares, mientras que ahora se canjean por 1,210, el nivel más bajo en dos años, en un momento en el que el coste del dinero de la eurozona está en casi cero y el BCE está poniendo en marcha un programa de fuertes inyecciones monetarias. Esto significa que los productos europeos se abaratan para los estadounidenses, pero que las compras en EE UU salen más caras para los socios del euro, una lógica que se repite también en el caso del turismo.
El yen japonés ha tenido un comportamiento algo peor que el de la divisa comunitaria, con un descenso del 12,08%, en medio de una oleada de estímulos monetarios que ha tenido que reforzarse en la recta final del año ante la persistente debilidad de esta economía.
Las grandes divisas que mejor han resistido el embate del dólar, incluyen el dólar de Hong Kong (-0,01%), la rupia india (-1,97%), el renminbi chino (-2,44%) o el dólar de Singapur (-4,72%). La libra esterlina ha salvado el año con una bajada del 5,92%.
El tirón de la moneda estadounidense ha ido en paralelo a la caída del precio del petróleo, que se encuentra en el nivel más bajo de los últimos cinco años, debido a la menor demanda global por una parte —pese a que los bancos centrales hayan inundado de liquidez los mercados—, y al aumento de la oferta por parte de EE UU con la técnica de la fractura hidráulica. Además, la Organización de Países Exportadores (OPEP) no ha reaccionado al agudo descenso del precio cortando la producción. El crudo brent, la referencia en Europa, ha encogido el 48,2%, mientras que el West Texas, de EE UU, se ha abaratado un 45,8% en 2014.
En el caso de España, que lleva año y medio fuera de la recesión, los bonos públicos han sido los grandes beneficiados. La mayor inversión en los títulos de deuda soberanos ha llevado a una reducción de los intereses que sus compradores exigen. Así, los bonos a 10 años han acabado 2014 con la rentabilidad más baja de su historia, el 1,58%, cuando hace dos años y medio, en lo más duro de la crisis, estaba en el 7,5%.
En esta línea, la diferencia entre el interés que el mercado pide a los bonos españoles respecto a los alemanes, que se consideran el mayor refugio, comenzó 2014 en 222 puntos básicos (o 2,22 puntos porcentuales) y acabó en 110 puntos (1,1 puntos porcentuales). Es decir, que la llamada prima de riesgo de España, se ha estrechado un punto porcentual en el año. La de Italia, que está de nuevo en recesión, lo ha hecho también, en 84 puntos básicos, en un momento de alta liquidez para los inversores de la zona euro.
El crédito empieza a abaratarse. El Euribor, principal índice de referencia de los préstamos hipotecarios en España, ha cerrado el año 2014 en el 0,329%, su mínimo histórico. En euros contantes y sonantes, a la familia con un préstamo medio de unos 140.000 euros a 25 años y con un diferencial de 0,50%, supondrá un ahorro anual de unos 160 euros.
La mejora llega más tibia a la renta variable, es decir, a la Bolsa. Aunque el Ibex 35 ha recuperado los 10.000 puntos que no tenía desde 2009, el aumento anual (3,66%) es muy inferior al tirón del 21% de 2013. Aun así, es una de las mayores ganancias entre las grandes plazas europeas. Londres termina con una bajada del 2,7%, París con medio punto negativo y Milán, con solo el 0,2% al alza. Fráncfort mejora un 2,65%.