Desde hace 24 años, la participación ciudadana en las elecciones federales intermedias va a la baja, una tendencia que tanto las autoridades electorales mexicanas como los especialistas temen que se mantenga para los comicios del próximo domingo 7 de junio.
Este tipo de contiendas se realiza cada seis años —a la mitad de un mandato presidencial— y sirve para renovar los 500 asientos de la Cámara de Diputados (300 de mayoría relativa y 200 de representación proporcional).
Para 1991, la participación ciudadana en estas elecciones fue de 65.53% y bajó a 57.02% en 1997, según las estadísticas históricas del Instituto Nacional Electoral (INE), una institución que en abril del año pasado sustituyó al Instituto Federal Electoral (IFE).
Más aún, en los dos procesos más recientes la cifra se ubicó por debajo de la mitad del electorado: 41.19% en 2003 y 44.61% en 2009.
Francisco Guerrero, exconsejero del extinto IFE y profesor investigador de la Universidad Anáhuac, señaló que el hecho de que exista un mayor abstencionismo en los comicios intermedios es “común”, puesto que estos procesos atraen menos atención que aquellos para elegir cargos ejecutivos.
“No solamente en México, sino en muchas democracias, es común que las elecciones intermedias, al ser solamente legislativas, tiendan a no incitar tanto interés de las personas. Es natural que las elecciones presidenciales o las elecciones de gobernador tengan un mayor interés porque son más vistosas desde un punto de vista mediático”, dijo en entrevista.
En 2012, por ejemplo, cuando a la par de la Cámara de Diputados se renovaron la Presidencia de la República y el Senado, el porcentaje de ciudadanos que votó para elegir legisladores fue de 62.66%, 18% más de los que acudieron a las urnas tres años antes.
Eduardo Huchim, exconsejero del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), coincidió con Guerrero en que las elecciones intermedias atraen menos atención que las presidenciales o las de gobernador. Sin embargo, agregó que otro factor que contribuye al abstencionismo es la mala percepción que los ciudadanos tienen de los políticos en general.
“Es muy razonable considerar que los electores, que la sociedad mexicana, no se sienten representados por quienes deberían representarlos, en particular los diputados federales. En ese sentido, es natural que haya esta tendencia a la baja (en la participación)”, dijo en entrevista.
“Elecciones complejas”
Cuestionado sobre el tema, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, reconoció el lunes en una entrevista con CNN que el abstencionismo es uno de los retos a vencer en el actual proceso electoral.
Por ello, llamó a la ciudadanía a manifestar su descontento en las urnas y acudir a votar, bajo el argumento de quienes resulten electos —así sea con un bajo porcentaje de participación— obtendrán un cargo público y facultades para tomar decisiones.
Tanto Guerrero como Huchim señalaron al respecto que un factor que este año puede alentar la asistencia de electores es que los comicios para renovar la Cámara de Diputados coinciden con 17 contiendas locales, en nueve de las cuales se elegirá gobernador.
Sin embargo, consideraron que los primeros responsables de fomentar la participación ciudadana son los partidos políticos, seleccionando candidatos “de calidad” en un contexto de descontento social por la economía y la inseguridad en el país.
“Estas elecciones son de las elecciones más complejas que ha enfrentado el modelo de partidos en México, y esto se suma a una suerte de desafección cada vez más grande de parte de los ciudadanos en relación a la política y a los políticos”, dijo Guerrero.
“(Los partidos) tienen un primer reto que enfrentar, y esto es que presenten candidatos que sean atractivos para la sociedad, que presenten candidatos honestos, que no estén involucrados con el crimen, con la delincuencia, que no estén asociados a fenómenos de corrupción”, agregó.
A finales de 2014, los dirigentes de las principales fuerzas políticas se declararon dispuestos a pactar un blindaje que impida que personas ligadas a grupos delictivos accedan a una candidatura. Sin embargo, hasta la fecha no han dado a conocer acuerdos en la materia.