La proyección de México en el extranjero en la promoción y defensa de los derechos humanos, no se corresponde con la realidad del país, en el que hay muchos retos, reconoció el ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, al reunirse este jueves con embajadores y cónsules en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
“El fructífero activismo internacional que tiene México en la presentación y seguimiento de iniciativas en diversos foros, no se ha traducido adecuadamente en el plano interno, lo que ha contribuido a la desconfianza y falta de credibilidad en las instituciones del Estado, por ello urge realizar un ejercicio autocrítico, con el propósito de buscar mecanismos para hacer compatibles el discurso exterior, con la política interior en la materia”, dijo.
En un comunicado de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que recoge parte de la exposición del ombudsman ante el cuerpo diplomático nacional, González Pérez mencionó que la situación de los derechos humanos atraviesa por un periodo de crisis en algunas partes de México, “ante la cual la sociedad demanda acciones inmediatas y efectivas que den cauce y respuesta a sus exigencias de justicia, legalidad y respeto pleno a la dignidad humana”.
Aludió a casos de violaciones de los derechos fundamentales, como la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y Tlatlaya, “que han sacudido la conciencia y dado visibilidad a un malestar social muy difundido, “la compleja situación de México hace que asuntos como la tortura, ejecución extrajudicial, migración, discriminación en todas sus formas –especialmente hacia las mujeres-, derechos de los pueblos indígenas, trata de personas, ataques a periodistas y defensores civiles de derechos humanos, así como la exigibilidad de los derechos económicos, sociales y culturales, requieran especial atención y seguimiento durante el año que comienza”, apuntó.
Durante su participación como ponente en la 26 reunión de embajadores y cónsules, González Pérez advirtió que los desafíos “impulsan a dejar atrás viejas estructuras del mundo jurídico para dar paso a un derecho más funcional, flexible y con perspectiva internacional”, basado en estándares internacionales de las normas de derechos humanos y en normas no vinculatorias, como las Observaciones generales, emitidas por comités y órganos de los tratados, resoluciones y directrices de organismos internacionales y los parámetros de la jurisprudencia internacional.
Destacó que el ejercicio cabal de las atribuciones de la CNDH no busca debilitar sino fortalecer al Estado mexicano, mediante los señalamientos de las violaciones a derechos humanos e que incurran sus autoridades y funcionarios. “El derecho fortalece al Estado democrático. Su aplicación rigurosa para corregir los errores en que incurran los servidores públicos, fortalece la credibilidad y legitimidad de las instituciones”, aseguró.