Los republicanos del Congreso estadunidense anunciaron este viernes un plan para financiar la seguridad nacional, pero condicionado a detener las reformas migratorias del presidente Barack Obama.
La Cámara de Representantes (diputados), dominada por los republicanos, votará la próxima semana una ley de financiamiento del Departamento de Seguridad Interior, cuyo presupuesto expira el 27 de febrero.
Pero la ley, que provee recursos para el funcionamiento normal de las labores fronterizas y de antiterrorismo de marzo a septiembre, incluye medidas excepcionales que evitarían que Obama lleve a cabo su plan de legalización temporal de millones de inmigrantes indocumentados, anunciado en noviembre.
“El presidente no puede financiar una actividad que es inconstitucional e ilegal”, dijo el congresista Pete Sessions a la salida de una reunión del grupo, en el sótano del Capitolio.
La propuesta va más allá y limita el programa DACA (“Deferred Action for Childhood Arrivals”), que ofrece un permiso de trabajo a los menores llegados a territorio estadunidense antes de los 16 años. Desde que fue lanzado en 2012, unos 600 mil inmigrantes se han beneficiado de ese programa.
“Si la ley se firmara hoy (…) no habría nuevos permisos ni renovaciones” para DACA, dijo a periodistas el republicano Steve King, de la facción conservadora Tea Party y partidario de una línea dura.
Los republicanos denuncian un abuso de poder de Obama por anunciar que el gobierno federal entregará, a partir de la primavera boreal, permisos de trabajo por tres años a unos cinco millones de sin papeles.
La propuesta de los congresistas entonces busca impedir al Departamento de Seguridad Interior, del cual dependen los servicios de inmigración, aplicar el plan.
Los republicanos, que dominan por los próximos dos años las dos cámaras del Congreso, esperan colocar a Obama en un dilema: promulgar la ley de financiamiento y renunciar a su plan de regularización, o vetar el proyecto y arriesgar una parálisis de la seguridad nacional, en medio de un contexto de seguridad crítico, exacerbado por los recientes atentados en Francia.
Consultado si la estrategia podría generar un cierre parcial del gobierno, King admitió que “es posible”. Pero afirmó que los servicios federales de policía y seguridad fronteriza seguirán funcionando normalmente “sin importar lo que pase”.
El debate más importante tendrá lugar en el Senado, donde los demócratas cuentan con una minoría con margen de maniobra para bloquear el avance del proyecto.
Esa medida forzaría a los republicanos a reformar la propuesta de la cámara baja, con la esperanza de aprobar un texto antes de que la fecha de expiración.