Oaxaca de Rius, un recorrido por las tradiciones y riquezas del estado

0
211

Hoy, que el sustantivo puede ser gerundio, participio incluso verbo, podemos decir que el nuevo libro de Rius, nos permite oaxaquear. Y esto es, hacer un recorrido por el estado de Oaxaca teniendo a las célebres viñetas del autor como guía. Para precisar, Oaxaca de Rius, editada por el sello Almadía, es una historia gráfica.

Un recorrido ilustrado e ilustrador en que se van desenvolviendo, manejándose, tradiciones, suculencias, conciencias políticas, conflictos, arte… Porque igual que su famoso queso, Oaxaca es un ovillo en el que todos los hilos se conectan.

“Dibujos, chistes y apuntes referentes al estado donde vivo, impresiones fugaces”, así describe el propio autor su libro, que parte haciendo un recuento de las diversas iglesias que va encontrando a su paso. Porque ese es el ritmo de este libro, espontáneo, de encuentro, de descubrimiento o del detenerse. No extraña que sean ellas, las iglesias, las que de entrada destaquen. La fuerza de la cultura a la que se enfrentaron los conquistadores las hizo necesarias.

¿Cuáles elementos deben confluir para integrar la imagen, el discurso, las formas en las que una cultura se dice? Un lenguaje en el que sobresale Oaxaca es el de la comida. Grande debe haber sido siempre el apetito del hombre, y amplias las posibilidades de la tierra, ello nos muestra el menú que Rius dibuja, tlayudas, chapulines, gusanos…El apetito también es formador del hombre.

Inspirado

Oaxaca se proclama a sí misma en los tiempos que recoge: una ciudad que avanza irremediablemente a ser quizá la peor versión que la palabra evoca. Un centro que se pelea lo histórico, el patrimonio, la estética con el acelerador de un “progreso” del que sólo sabemos que va. Progresión que este libro atrapa en los sonidos musicales tradicionales traspolándose a la música de The Beatles, sin abandonar los instrumentos típicos. Los celulares guardados entre las ropas de manta, el centro apretujándose para entrar a la moda comercial; los letreros que mezclan el castellano y el inglés. Una combinación que termina por sugerir la desfiguración en pro de una semimodernización.

Otras fauces devoran a Oaxaca; nos cuentan los trazos de Rius de la figura del cacique, de los municipios que se regulan aún bajo los usos y costumbres, o para citar al autor, abusos y costumbres. Territorio que somete a las mujeres aplastadas por el machismo fuertemente arraigado.

La imagen es un texto que reclama no sólo ser contemplado, sino leído así lo prueban las que nos cuentan ideologías que como cualquiera cohesiona o rompe la vecindad, la cercanía. Así da cuenta Rius del conflicto magisterial arraigado fuertemente en el estado, y que de continuo paraliza el proceso educativo. O las que imprimen instantáneas de una cotidianidad abundante en un folclor de sabor y sensación únicas.

El humor

La imagen es seducción, los chistes gráficos de Rius revelan un aspecto fundacional del arte, la noción de juego, como una experiencia capaz de decir realidades inquietantes o terribles, como la de Oaxaca, dominada históricamente por un partido político hasta 2010 y el paso de esa cultura política sobre la vida de los oaxaqueños, el atraso, la marginación, la pobreza, raíces forzosas de un muy largo descontento.

Una impresión no es aquello que pasa y queda volando, es una acción, un movimiento. Las manos del dibujante funden y sellan sentimientos, expresiones, ideas. Otros, los lectores, vienen a darles un nuevo sentido, por eso cada uno tendrá una distinta impresión de este libro, pero también por ello, se extiende la invitación a Oaxaquear.

Eduardo del Río, Rius, nació en Zamora, Michoacán, en 1934. Es caricaturista, historietista y escritor. Entre sus trabajos destacan las historietas Los Agachados y Los Supermachos. Ha sido un constante crítico del sistema político, del imperialismo y del fanatismo religioso. Igualmente ha tratado temas históricos y filosóficos. Ha publicado más de 100 libros algunos títulos de su autoría son Marx para principiantes, Cuba para principiantes, Herejes, ateos y mal pensados, Pequeño Rius ilustrado, La basura que comemos, El amor en los tiempos del Sida, entre muchos otros.

En 1976 recibió la presea del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y la Familia (UNICEF). En 1978 recibió en México el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de caricatura. En 2010 nuevamente se le otorgó por su trayectoria periodística como caricaturista. Su obra se reúne en los siete tomos de Todo Rius.