Emilia Sandoval es de Chihuahua, pero con más de diez años viviendo en Oaxaca confiesa que, ahora les cuesta mucho más trabajo producir cuando visita su tierra natal.
“No sé si es porque ya estoy muy acostumbrada a Oaxaca, o si mi ritmo de vida cambia aquí o allá”
Emilia Sandoval es artista visual y aclara que, no sabe si es la luz o el ritmo diferente de las dos ciudades, pero que en Chihuahua está claro que la gente se encuentra enrolada en otras cosas.
“Cuando llegue acá, me sorprendió bastante que hay mucho menos interés por lo material y muchas más actividades culturales”
Hoy Emilia observa con desconfianza como en Oaxaca existe ya una determinada sociedad con un hambre para sentirse que, están en el primer mundo de las franquicias transnacionales.
Situación que tiene mucho que ver con su obsesión artística: el consumismo y sus distintas acepciones.
Sandoval, cuya familia vive en Ciudad Juárez y en el Paso Texas, estudió artes visuales en San Miguel de Allende y tiene en el collage, la fotografía intervenida y las instalaciones sus vehículos de expresión.
Cuando la chihuahuense llegó a Oaxaca, sus mercados la atraparon y empezó a trabajar con materiales desechables, “con cuentitas que combinaba con las arpías (costales) de plástico de la Central de Abastos”
“Al principio era encontrar material cercano y barato, es ahí cuando surge la idea de las bolsas de plástico”
Con el tiempo llegó la reflexión y su crítica sobre el consumo, con materiales que se han ido desdoblando. Donde comenzó a trabajar con paisajes que desembocaron en una serie llamada Espacio Residual, donde hablaba sobre los planetas y sus viajes.
Después vino “Botánicas de nuevas especies”, híbridos creados sobre bolsas de plástico, con una composición de pintura chorreada sobre manta azarosamente, en la que se configuran sus plantas, sus framboyanes construidos con bolsas de plástico de Beneton.
“Hay una felicidad momentánea en el consumismo” apunta Emilia, “pero cuando termina el consumo sigues pensando que te falta algo”
Cerros de botellas y bugambilias conviviendo, y que parten de la reutilización para crear vida a partir de material muerto.
Lo orgánico-lo inorgánico, la vida-la muerte, el lleno- el vacío. Son las oposiciones que rigen el trabajo creativo de Sandoval.
“Me interesan las dualidades, el encuentro entre lo efímero y lo establecido. Esto es eso con lo que lidiamos, buscando el equilibrio en el día a día”
Emilia acepta que, también el arte se vuelve consumista, pero que este consumo se encuentra esperanzado por el abanico de posibilidades que ofrece, donde confluyen desde el artista más comercial hasta el artista más arriesgado y propositivo.
“Se te puede ir la vida buscando encontrar tu discurso”,comenta la artista y asegura que, a ella lo que realmente le interesa es proseguir en su búsqueda personal y en la experimentación de nuevos materiales.
Finalmente al preguntársele si visualiza un escenario en que la tradición y el consumismo puedan llegar a conciliarse, Emilia aclara que, no sabe que tendrá más peso al final y cuenta una anécdota para explicarlo.
“El señor que ayuda con la electricidad de mi casa me estaba platicando que, cuando era niño lo llevaban al cerro de San Felipe, y él podía distinguir incluso a un animal solo por el sonido que hacía. Le pregunté que si ya había llevado a su hijo”
“-No, la vida ahora es muy diferente- me respondió”