El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal Marcelo Ebrard pidió a la comisión especial que investiga las fallas en la Línea 12 del Metro reponer el informe aprobado el domingo pasado, al considerar que existen “graves inexactitudes y falsedades” respecto al proceso de construcción y posterior suspensión de la Línea Dorada.
Además, señaló que la suspensión de la obra se debe presumiblemente a un error de diseño y que el Gobierno del Distrito Federal debe aclararlo para corregirlo.
Durante más de cuatro horas Ebrard respondió preguntas de los diputados y una vez más señaló que responsabilizarlo por la falta de funcionamiento de la Línea 12 es “una maniobra política del PRI”.
Cuando se le preguntó si el GDF se presta a ello dijo: “Espero que no”.
Al comparecer ante los integrantes de la comisión, junto con el ex secretario de Finanzas capitalino Mario Delgado, Ebrard pidió aclarar si hubo un error de diseño o de especificaciones que haga inoperable el sistema, porque tendría que decidirse si hay que cambiarlo “a costa de los contribuyentes”, pero por la manera en que se financió la obra “entonces hay una responsabilidad del proveedor respecto al diseño del tren”.
Reclamó a los legisladores no haberle permitido exponer sus argumentos y pruebas antes de presentar el informe, el cual, señaló, carece de gran cantidad de documentos que no fueron solicitados por los diputados, como el Libro Blanco de su administración y el dictamen técnico sobre el material rodante.
Marcelo Ebrard entregó una carpeta de documentos a los legisladores que, dijo, echan “por tierra muchas de las cosas que se afirman”, y fijó su postura ante lo que calificó como “afirmaciones falaces y claras mentiras”.
Dijo que es falso que no haya habido coordinación entre el consorcio constructor, ICA-Carso-Alstom, y la empresa española CAF, y entregó a la comisión las bitácoras de más de 5 mil sesiones realizadas durante la etapa de construcción de la obra, divididas en 24 grupos de trabajo.
Señaló que el informe califica de contradictoria la elección del material rodante y por ello mostró el dictamen técnico presentado a la Dirección General del Metro por la Comisión Encargada de Evaluar la Tecnología del Material Rodante, elaborado en septiembre de 2007, que concluye que el tren tiene que ser férreo.
Respecto a los supuestos problemas de corrupción e irregularidades, dijo que la “intencionalidad política no podría ser más clara”, y señaló que el informe no tomó en cuenta que la Auditoría Superior de la Federación revisó la obra en una proporción mayor a cualquier otra realizada con recursos federales a escala nacional, con un alcance de 15 mil millones de pesos, y que todas las observaciones fueron solventadas a excepción de dos que tienen que ver con un diferendo del GDF con el consorcio constructor, que solo representa 32 millones de pesos .
Respecto a la certificación de la obra, dijo que ésta fue realizada por un consorcio y que no ha sido cuestionada en ningún momento; sobre los problemas de la interfaz tren-riel, destacó que la comisión nunca solicitó el Libro Blanco elaborado por su administración.
Agregó que si él hubiera sabido de algún desperfecto en la Línea Dorada “no hubiera dado mi anuencia de iniciar operaciones”, porque “nunca he actuado de manera irresponsable”.
Ebrard se encontró con una comisión donde los representantes de PRD, PT, Movimiento Ciudadano e incluso Morena respaldaban su defensa, mientras legisladores del PRI, como Abel Guerra, fueron quienes más duro rebatieron sus argumentos, al señalar que no se consultó el Libro Blanco porque fue el propio Ebrard quien lo elaboró, si no se hubiera suspendido la obra “y si estuviera bien, no estaríamos aquí”.
En tanto, el senador Mario Delgado sostuvo que la Línea 12 no está suspendida por ninguna cuestión financiera o presupuestaria, y señaló que la Secretaría de Finanzas “no tapa baches, no construye puentes, no compra vacunas, no construye metros, ni renta trenes”; negó que el contrato estableciera un tipo de cambio de 16 pesos por dólar.
Ebrard no descartó acudir ante instancias internacionales para defenderse y recordó que la propia Contraloría descartó un conflicto de interés para que Enrique Horcasitas dirigiera el Proyecto Metro, mientras su hermano Luis formaba parte de ICA.