Argentina rechaza ser consumidor de drogas

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El gobierno argentino rechazó que Argentina sea un país de consumo de drogas, tal y como denunció el papa Francisco en medio de la polémica que hay por el avance del narcotráfico en los últimos años.

“Es mentira que Argentina sea un país de consumo de droga, quien dice eso no comprende, ni entiende, ni sabe lo que ocurre en el mundo; Argentina es un país de tránsito”, aseguró el jefe de gabinete, Aníbal Fernández.

La víspera, la revista Cárcova News, editada en una villa pobre de las afueras de Buenos Aires, publicó una entrevista en la que el Papa advirtió que hace 25 años Argentina “era un lugar de paso de la droga, hoy en día se consume. Y no tengo la certeza, pero creo que también se fabrica”.

Sin embargo, el jefe de gabinete aseguró que los dichos de Francisco “se tergiversan o hay una mala lectura. No es la primera vez que tratan de poner en palabras del Papa determinadas situaciones que no son las que realmente él está tratando de manifestar”.

Añadió que la revista seguramente “tomó ocho palabras (del Papa) y con eso construyeron su pensamiento, debemos estar atentos de todas maneras, pero me da la sensación de que le quieren hacer decir al Papa algo que no dijo”.

Fernández citó una encuesta de 2009 realizada en 51 mil hogares y al comparar los resultados con un estudio de 2005, sólo se registró un aumento mínimo de consumo de cocaína y mariguana, pero muy alto en drogas legales como el tabaco, alcohol y las pastillas.

El problema en Argentina es la falta de datos, ya que la última encuesta nacional de consumo de drogas se publicó en 2010, por lo que no se sabe si el problema ha crecido o no desde entonces.

En la capital, el Observatorio de Políticas Sociales en Adicciones de la ciudad de Buenos Aires dio a conocer el pasado domingo, en el diario La Nación, los resultados de una encuesta a estudiantes de escuelas secundarias de Buenos Aires que sí demuestra un drástico crecimiento.

La investigación reveló que de 2005 a 2009 el consumo de drogas ilegales prácticamente se duplicó, ya que aumentó de 12 a 21 por ciento en el caso de la mariguana, de 1 a 4 por ciento para el éxtasis y de 2 a 4 por ciento para la cocaína.