Por Rodrigo Islas Brito
Como una plataforma independiente de denuncia ciudadana y transparencia al servicio de la sociedad mexicana para revelar información de interés público fue como se anunció la apertura de México Leaks.
Plataforma puesta a la ciudadanía que desee filtrar documentos que pongan en evidencia actos y tramas de corrupción e encubrimiento, de los cuales Proceso, Aristegui Noticias, Animal Político y Emeequis, junto con las organizaciones civiles Periodistas de a Pie, Más de 131, PODER y la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) fungen como los encargados de investigarlos.
“Necesitamos diversificar la información, allegarnos de información que no siempre está a la vista y que es las más complicada de conseguir” declaró Daniel Lizárraga, jefe de la unidad de investigaciones especiales MVS /Aristegui Primera emisión, en el spot de arranque de la plataforma.
Hoy Lizárraga ya no tiene chamba, él junto con el reportero Irving Huerta, quienes descubrieron al ojo público la existencia de la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, residencia millonaria (en dólares) de la que se allegó gracias a la buena voluntad del Grupo Higa, constructora empresarial a la que ha beneficiado con contratos desde que era gobernador del estado de México; fueron despedidos por MVS bajo el siguiente argumento, que el consorcio hizo público en un spot radiofónico.
“El que algunos de nuestros colaboradores comprometan y dispongan de recursos y marcas de la empresa para realizar alianzas sin conocimiento y autorización de la administración es inaceptable.”
“Las alianzas estratégicas de MVS Radio las decide la administración de la empresa, no sus conductores o colaboradores. El problema obedece y se limita a la disposición indebida de recursos, marcas y facultades de la empresa, nada más pero nada menos.”
La reacción purista de su empresa (que se asume mangoneada) sorprendió hasta a la misma Carmen Aristegui, quien según versiones periodísticas ya puso sobre la mesa su posible renuncia bajo la condición de que sus dos colaboradores sean reintegrados a sus trabajos, esto claro, en el caso de que la tirada final de la empresa de Joaquín Vargas no sea ya la de directamente correr a su periodista estrella.
Con la corrupción indolente permeando todas las estructuras sociales y políticas de este país donde un día se descubre a un político corrupto y al otro también, la versión mexicana de Wiki Leaks se antoja como un paso lógico en una sociedad mexicana que cada vez se torna más consciente del tanque de dinamita sobre el que está parada.
Y también lógico se torna este nuevo desencuentro entre MVS (quien a punto estuvo de rescindir a la periodista bajo las presiones del calderonato) con Aristegui, respecto a lo que el cineasta Alonso Ruizpalacios y el actor Tenoch Huerta, en su gira promocional de la película Güeros reportaron en redes sociales que en MVS se vive un momento de psicosis y tensión, en la que algunos trabajadores ya se refieren a la periodista como “la reportera a la que van a correr.”
Lógico como un nuevo coletazo de una podredumbre política endémica que no está dispuesta a seguir siendo dejada en evidencia, razón por la cual también se reportan que ya hay granaderos y policías afuera de la empresa, en espera de aquellos inconformes que lleguen a presentarle su apoyo a la conductora con chayotes en las manos, en representación de las posibles razones de MVS para su inesperada reacción contra la persona que independientemente de posturas políticas, le ha traído a este medio los mayores índices de audiencia de su historia.
Con críticas en las redes sociales de que debió renunciar ya por “cuestiones de dignidad”, que vienen a demostrar que estos son los tiempos del todo o nada en cuanto tendencias sociales se refiere, la salida de Aristegui de MVS parece ser ya cuestión de tiempo.
Eso claro, a excepción de que Carlos Slim (el socio capitalista que desde hace años se presume está realmente detrás de los destinos de MVS) no opine otra cosa.
Si la periodista finalmente queda fuera de su programa de radio y de un espacio que ya se había vuelto representativo para las voces críticas que no pretenden callarse ante el desastre acumulativo que se ha vuelto el país, es muy probable que salga a la superficie en cualquier otro.
Si el jodido estado de las cosas ha escogido a la censura, a la mordaza y al hipnotismo para mirar a otro lado, como los mecanismos para seguirse perpetuando. La pared contra la que ha de estrellarse se antoja ya algo sólida.