Axiom, un fabricante de cañas de pescar con sede en Nueva York, solía fabricar bajo contrato sus productos en China. Los bajos costos eran atractivos; sin embargo, resultaba menos atractivo tener que esperar a llenar el contenedor con 15 mil cañas de pescar, por lo que tomaba un mes o más para que pudieran enviarse a EU, y después pasaban otras tres o cuatro semanas en un camión con dirección a sus instalaciones.
La compañía, que empezó a considerar salirse de China debido a las preocupaciones de la calidad y a la transparencia de su contratista, buscó a su alrededor, consideró Vietnam y Tailandia como posibles lugares de fabricación en Asia. Finalmente, la empresa decidió ya no tener contratación externa y se estableció en México.
Ganó la logística. Era “demasiado incómodo” mantener tan lejos la base de producción de Axiom, dice Bob Penicka, presidente de Axiom Industries. Con costos ligeramente más altos en México estos se compensaron con un transporte más rápido.
Después de sufrir un éxodo de empresas manufactureras que se fueron a China entre 2000 y 2010, la estrella de México empezó a brillar nuevamente como destino para el reshoring (el regreso de las operaciones de las compañías) de las empresas estadounidenses al continente americano, al momento en que los costos laborales en China aumentaron.
Sin embargo, como descubrió Axiom, los salarios sólo son una parte del panorama. “Poder prestar un servicio más rápido y barato a Estados Unidos es una gran ventaja” dice Hal Sirkin, socio principal y experto de manufactura en el Boston Consulting Group, en Chicago.
En algunas industrias, como la producción de automóviles, la industria aeroespacial y la manufactura, Sirkin estima que los salarios de China superaron a los de México en 2012-2013. Ahora México es el mayor productor de automóviles en Latinoamérica y el país gana una atractiva base desde donde los productores pueden atender a Estados Unidos al igual que a Latinoamérica.
“Gran parte de lo que pasa en términos de expansión en México no tiene nada que ver con el costo, tiene que ver con el regionalismo”, dice Doug Donahue, vicepresidente de desarrollo de negocios de Entrada Group, una empresa con sede en Estados Unidos que ayuda a los fabricantes extranjeros -incluído Axiom- a organizar y manejar su producción en México.
México tiene una serie de ventajas para el reshoring además de la ubicación: una mano de obra joven y cada vez más capacitada, la zona horaria adecuada para las empresas estadounidenses y exitosos clústeres industriales que, por ejemplo, permiten que prospere la industria automotriz y la aeroespacial.
Pero el CIDAC, un grupo mexicano de investigación, advirtió en un estudio del año pasado que el país puede perder sus ventajas debido a que el gobierno no logra promover a México como un destino estratégico para la reubicación, al aumento en los impuestos que afectan fuertemente a las industrias que utilizan mucha mano de obra y a los cuellos de botella de infraestructura.
En 2011, 70% de las compañías calificaron a México como el destino número uno para reubicarse, pero para 2014, la cifra se redujo a 28%, dice Miguel Toro, investigador del CIDAC, citando datos de la consultoría AlixPartners. Por el contrario, Estados Unidos superó a México: ahora 42% de las compañías dicen que elegirían a Estados Unidos, según el estudio.
Estados Unidos puede ser más costoso, añade Toro, pero puede ser más productivo mientras que abrir operaciones en México puede ser engorroso por la burocracia. También teme que las “terribles” condiciones de seguridad en algunas zonas fronterizas son una carga para lo que podría ser una enorme inversión. De acuerdo a algunas estimaciones, Norteamérica puede tener una entrada de 120 mil millones de dólares por el reshoring para 2020.
México enfrenta nuevos retos, que incluyen construir una base más amplia de subcontratistas y reducir los costos de energía, dice Donahue.
China, añade, hizo un “trabajo fabuloso” al crear cadenas de suministro mucho antes que México. Aunque la zona del centro de México ya despegó para las fábricas, sus cadenas de suministros siguen con menos desarrollo y hay huecos por llenar.
Por ejemplo, los fabricantes de juegos de cables eléctricos -que se utilizan en la fabricación de tractores, coches, refrigeradores y otros equipos- necesitan surtirse de conectores y partes que no se fabrican en México porque su producción no requiere de mucha mano de obra.
Los costos de energía en México también son más altos que en EU, aunque los ductos para transportar gas de esquisto más barato de EU al sur de la frontera y la reforma energética de México que se diseñó para impulsar la producción doméstica, reducirán gradualmente los costos.
El país también necesita generar el tipo de mano de obra que requiere la industria, como soldadores. Pero la ventaja demográfica de México -la edad promedio de la población es de 26 años- y el hecho de que hay respeto por la industria de manufactura, sugiere que será posible encontrar personas dispuestas y capaces de aprender las habilidades necesarias.
El potencial para México es enorme: CIDAC identificó que los sectores atractivos son los electrodomésticos, los electrónicos, la computación, los plásticos, la metalmecánica, los equipos de transporte, los muebles, los equipos electrónicos y los equipos médicos.
“La ventana (para el reshoring) todavía está abierta”, dice Sirkin del Boston Consulting Group.