Durante la presentación de la Defensoría Especializada en Protección a Periodistas, Defensoras y Defensores de Derechos Humanos un revolucionado Pedro Matías Arrazola, periodista y miembro del Consejo Ciudadano de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), tomó el micrófono en un acto no programado.
“Varias organizaciones con la supuesta fachada de progresistas y de democráticas se han convertido en las principales agresoras de las y los periodistas.”
Transgrediendo un script en el que no fue considerado, Matías mencionó a la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y al Frente Popular Revolucionario (FPR), como algunas de las organizaciones presentes durante el acto que se han convertido en lo que tanto cuestionaron de los gobiernos caciquiles y autoritarios, pues actualmente no solo son renuentes a la crítica, sino totalmente intolerantes.
“No somos sus trabajadores y no somos sus cómplices, nosotros cumplimos con una función que es dar a conocer la información que pasa, les convenga o no les convenga.”
Aseguró Arrazola ante la mirada de Razhy González Rodríguez, titular de la nueva defensoría, especialista en derechos humanos y experiodista alguna vez secuestrado y torturado durante el sexenio de Diodoro Carrasco Altamirano, quien minutos antes había reconocido la labor de cooperación las organizaciones sociales presentes en el acto.
Razhy pormenorizó que el nuevo organismo a su cargo consistirá de un área jurídica que va a llevar los casos que se presenten, brindando asesoría legal, un área de seguridad, con atención psicosocial a víctimas de amenazas por el ejercicio de su labor y un área de investigación que recabarà datos para los dos primeras.
González calificó a al actual panorama de derechos humanos y ejercicio de la información periodística en Oaxaca y el resto del país, como un asunto difícil que incluso se va a poner peor.
“La existencia de esta defensoría especializada es en sí misma un cuestionamiento puro al estado. Un señalamiento de que aún no ha logrado establecer los requisitos para la construcción de una sociedad democrática.”
Declaró por su parte Arturo Peimbert Calvo, Defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, remarcando que esta defensoría nace por la urgencia de atender un campo que se ha ignorado o que no se ha atendido de manera correcta, y llamando a la sociedad civil en su conjunto a participar activamente en su devenir.
Con esfuerzos y acciones precisas que permitan a las y los defensores de derechos humanos y a las y los periodistas, realizar su trabajo con un mínimo de seguridad.
Pues estos son la voz de quienes han sido históricamente sometidos por el abuso. Son la voz para que los poderes públicos y facticos se vean limitados y expuestos en su corrupción.