Investigadora de Cambridge evidencia el ocultamiento del racismo en México

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El racismo en México es un problema que no se reconoce, pero que está presente en todas las esferas de la vida de las personas, en el ámbito privado y en el público, por ello hacer visibles sus efectos es urgente y necesario, subrayó la investigadora de la Universidad de Cambridge Mónica Moreno Figueroa.

La maestra en Género y Cultura por el Goldsmiths College dijo que el racismo en México está normalizado, es una experiencia cotidiana de la que no se habla pero que toda persona afronta, ya sea como víctima o victimario, al participar en el Diplomado Internacional de Estudios de las Mujeres, Feminismos y Descolonización, el cual organiza la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca en colaboración con instancias públicas y organizaciones de la sociedad civil.

Moreno Figueroa señaló que el racismo tiene efectos nocivos en la sociedad, cuyo resultado es la desigualdad, pues las personas son valoradas según el color de su piel, lo cual para unas significa privilegios, mientras hacia otras genera exclusión.

Añadió que la raza es una idea, no un hecho, una construcción social que divide a los seres humanos con base en su color de piel, y el origen de esta falsa creencia son las relaciones de poder y dominación, producto de procesos de conquista que impulsaron actitudes de discriminación y explotación.

El racismo fue la forma de justificar por medio de las diferencias entre los seres humanos la explotación de unos y los privilegios de otros, puntualizó la investigadora.

Durante su participación en el diplomado, Moreno Figueroa expuso que México, como nación, tiene una historia larga en el tema de dominación y explotación: “el proceso de conquista y el periodo de la Colonia son quizás la muestra más clara de racismo; es evidente en el sistema de castas, pues por él surge el concepto de mestizaje, uno de los pilares del racismo”.

La doctora en sociología comentó que si bien la idea del mestizaje es fundamental dentro del sentido identitario de la sociedad mexicana, pues ese concepto fomentó la unidad nacional, también fue y es la cortina con la que se encubre el racismo, ya que el concepto en sí mismo acepta implícitamente la idea de razas que dan origen a la persona mestiza.

La idea de mestizaje en México como base de la identidad nacional ha dado como resultado la concepción de que ser mexicano es ser mestizo, pero surge la pregunta de dónde quedan aquellas y aquellos que no son mestizos y, sin embargo, nacieron en México, reflexionó.

Moreno Figueroa advirtió que el color de piel en México racializa a las personas, es decir, dentro de su contexto social les significa un valor: quienes cumplen con el ideal del mestizaje reciben ciertos beneficios bajo la promesa de que, si se relacionan “adecuadamente”, podrán alcanzar la pureza de la raza que se considera “superior”.

Un ejemplo de esto, precisó, es cuando se nos dice que debemos buscar una pareja que ayude a “mejorar la raza”.

La representante de la organización Colectivo Coopera hizo preguntarse a las y los asistentes al diplomado internacional qué pasa con las personas que no encajan con el concepto de mestizaje.

Detalló que no se pueden considerar mestizos quienes pertenecen a pueblos indígenas o tienen ascendencia de pueblos africanos, con lo cual ellas y ellos tienen que enfrentarse a la exclusión en su propio país.

Moreno Figueroa insistió en que el racismo lleva a dar a las personas categorías de objetos que pueden ser valorados según sus características físicas.

Esa categorización de las personas como objeto no está reconocida institucional ni socialmente, pues no somos conscientes de nuestras actitudes racistas, pero tampoco lo somos de actos de racismos que sufrimos, y como sociedad mantenemos ocultos los efectos negativos del racismo, lo que limita nuestro desarrollo y el ejercicio pleno de derechos, concluyó la investigadora de la Universidad de Cambridge.

El Diplomado, en el cual intervino el 20 de marzo de este año la doctora Moreno Figueroa, es una actividad académica que busca involucrar a las mujeres oaxaqueñas en los actuales debates sobre género, feminismo y descolonización, mediante el intercambio de experiencias de 24 especialistas de Argentina, Bolivia, Ecuador, España, Estados Unidos, Inglaterra, México y Uruguay con expertas locales.

El segundo Diplomado Internacional de Estudios de las Mujeres, Feminismos y Descolonización es una actividad que vienen organizando desde 2014 instancias públicas y de la sociedad civil, como la Defensoría del Pueblo de Oaxaca y Lunas del Sur, la Coordinación del Ejecutivo estatal para la Atención a los DH, la Procuraduría General de Justicia, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, así como las asociaciones civiles Centro de Derechos Humanos “Bartolomé Carrasco Briseño”, Centro de Derechos Humanos “Gobixha” y Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción.