Mezcalito City es registro de poesía sobre Oaxaca capital. Libro surgido a partir de los mezcales vertidos en el café El Volador, donde por iniciativa del escritor Alan Vargas y el empresario Álvaro Soberanes, se realizó en marzo del año pasado una convocatoria para qué poetas que vivieran en la extraña y bonita Antequera llegarán al lugar a leer su trabajo durante tres sábados consecutivos.
“Acudieron 22 poetas en las tres sesiones y cada uno dejó lo que leyó, de ese material que se recolectó se hizo una selección y este libro.”
Comenta en entrevista Soberanes sobre el compendio de ocho poetas cuyo único requisito fue que durmieran y vivieran en la ciudad.
“Hay una chica de Tlaxcala, gente del D.F, incluso de Puebla. La idea central es tratar lo que es la ciudad a partir de la poesía. La más grande tiene 35 años y el más chico 21.”
Comenta Vargas, asegura que ninguno de los poetas se parece entre sí, lo cual permite que Mezcalito se sacuda de un sesgo tipo antología, permitiendo proponer una gama de estilos y formas para hacer poesía.
“Ver la ciudad a partir de todas las distintas posturas.” Es lo que define Alán como piedra de toque del poemario, con un entusiasmo que tal vez sea producto del caballito de mezcal que sostiene en la mano, o de su amor por el proyecto, o de una cruza desaforada entre los dos.
En Mezcalito City hay espacio para una poeta publicada y experimentada como Enna Osorio, con premios a nivel nacional, becas y una técnica pulcra a la hora de abordar su trabajo.
Pero también está incluido un rapero llamado Pablo Pacheco, o Raúl Fierro de profesión científico, o Edgar Hernández y su visión de filósofo filoso, o el postcorrientismo atravesado de Óscar Tanat, o los universos particulares y expansivos de Óscar Sandoval, Irma Sandoval y Alejandro Aparicio.
“El libro es muy divertido, se lee de principio a fin y presenta una especie de parábola, en la que todos nos nutrimos de todos.”
Soberanes esta de acuerdo con su inesperado socio.
“Están generándose cosas interesantes en la poesía oaxaqueña, relatando cosas nuevas que proponen una percepción muy particular de la ciudad, de su noche, de su vida.”
Y de Oaxaca, ¿también se aborda el caos que la circula o todo es miel sobre hojuelas crujientes?
“Claro, de hecho el prólogo lo hace el maestro Cristian Gómez Olivares, de los cinco poetas más importantes de la nueva poesía chilena. En el aborda justo, el caos que recorre al país, el caos que no sólo se da en la ciudad, sino en el país, todo ese marasmo a nivel social cultural.”
Aunque al final la respuesta esquiva de Vargas parece dar a entender que no hay mucho caos “antequeriano” en Mezcalito City, Álvaro Soberanes asegura por su parte que un espacio interesante y una buena bebida son al final los dos motores que mueven a la generación del arte y la poesía.
“Por güey”, responde Álvaro cuando se le pregunta porque apoyó la edición de Mezcalito City con un tiraje de 300 ejemplares, pero asegura tener la certeza de que esto al final le puede generar ganancias.
“Es riesgoso invertir dinero para vender poesía pero creo que podemos generar una dinámica de crecer y poco a poco generar más trabajo de este tipo.”
“Ahorita la idea es desarrollar una parte artística solida y también una parte de diseño editorial, y después irlo cuajando todo en otro tipo de proyectos. Este es como un primer intento para ver cómo nos va.”
Alán Vargas se declara por ir buscando y encontrando modelos que sean sustentables económicamente.
“Apostamos a generar más diversidad dentro de los diferentes grupos artísticos que existen en la ciudad. Hay muchas editoriales independientes, pero no es nuestra tirada el sumarnos a un movimiento particular sino ir espontáneamente generando más cosas.”
Con un costo de 120 pesos para su primer chamaco editorial, Soberanes se plantea la existencia de una editorial independiente de grupos, de mecenas.
“No tenemos un padrino artístico, ni un corte editorial determinado. Las cosas fueron financiadas por nosotros. Queremos tratar de estar al margen de este tipo de mafias culturales y únicamente dedicarnos a la producción, que es al final lo que realmente nos interesa.”