A Morten Andersen le gusta construir cuerpos de trabajo. Su curso, Noches Blancas, impartido la semana pasada a un grupo de fotógrafos principiantes y profesionales en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, es buena prueba de ello.
En el, el fotógrafo noruego, orientó a sus fugaces alumnos en torno a los principios y códigos visuales, que definen la concatenación de imágenes de una buena secuencia fotográfica.
“Tiene que ver con el ritmo, que se sienta natural. Si se abusa de los verbos en una historia se puede tornar banal. Es un poco como una película.”
Andersen le da al silencio y la pausa una importancia vital, como esos espacios que asemejan a una serie de fotografías sobre formas de la naturaleza y personas alrededor haciendo eco en ellas, a la calidad de lectura poética, de armonía con ritmo personal.
Color F , White nights , Oslo F, Days Of Night , Fast Days, Ass Time goes by, son solos algunos de los libros de fotografía en los que Andersen ha planteado su particular asimilación de la sensación de la belleza, del tiempo, de la vida que se cuela entre los dedos de una emoción.
“Todos traemos cosas de otros, nos robamos estilos, encuadres. El asunto es usar todo eso y aportarle una originalidad.”
“Ideas, interpretaciones. Al final lo importante es la historia que tu cuentes, que tu narras con tus imágenes. La fotografía se vuelve mucho mas interesante cuando le puedes aportar una historia personal.”
Para Morten lo trascendente sobre una secuencia fotográfica, además del interesante lenguaje visual que puedas aportarle, es que al mismo tiempo diga cosas sobre el tiempo que la alumbra, la situación política que la circunda y el estado personal que la define.
“Si la intención es solo política o social tiene una limitación, lo mismos que si solo es personal. Cuando puedes combinar todos estos elementos es cuando la fotografía esta en su mejor lugar.”
Andersen asegura, que encontrar su voz personal le puede tomar a un fotógrafo toda una vida.
“Lo que importa es que seas abierto, curioso, que confíes en ti mismo. La curiosidad es lo que te hace salir a explorar y conocer gente.”
“La curiosidad es un elemento básico en ser fotógrafo. La cámara solo debe ser una excusa, las ganas de conocer deben estar siempre ahí.”
Morten Andersen mira a la obertura de una cámara como el ojo de un humanista. No más, no menos.
“No me gusta cuando la foto se pasa de introvertida y poética. Eso ya es teatro , y para mi la fotografía no es escenografía.”
Para el noruego, quien asegura que en su pequeño país no había escuelas de fotografía hasta bien entrados los noventas, la fotografía parece convertirse en la trama, las palabras, la historia, y todo de lo que la atraviesa.