El domingo 5 de abril, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dio por concluido el tema surgido del informe sobre la tortura en México, tras reafirmar su postura sobre el desacuerdo con el relator especial de la ONU, Juan Méndez.
El secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña, sostuvo que al igual que México, otros países no han estado de acuerdo con los señalamientos del relator, como es el caso de Australia, y también otros que no han atendido sus llamados, como Estados Unidos.
Precisó que en el caso de México, varias secciones del informe contienen un análisis detallado de las medidas legislativas adoptadas en los últimos años y de las políticas públicas que se han venido poniendo en práctica para prevenir y sancionar la comisión de esta grave violación a los derechos humanos.
Este lunes 6 de abril, el relator Juan Méndez fue entrevistado en el espacio de Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, donde dijo que mantendrá su postura sobre la tortura en México hasta que no le demuestren con claridad que está equivocado.
“Yo no puedo cambiar mi calificación a menos que me demuestren, con mucha claridad, que estaba equivocado, lo cual hasta ahora no ha pasado”, aseguró el relator de la ONU.
Méndez dijo que no tiene “ninguna intención de mantener un entredicho sobre por qué utilicé la palabra generalizada para describir a la tortura en México (…) Entiendo que el gobierno no esté de acuerdo, lo que no entiendo es que se corte el diálogo por no ponernos de acuerdo solamente en una caracterización cuando hay tanto más en mi informe que podemos discutir”.
Además, explicó que la metodología que utilizó para llegar a la conclusión de que en México la tortura es generalizada es la que aplican todos los investigadores de derechos humanos desde hace años, basadas en entrevistas, pruebas documentales y exámenes médicos.
Juan Méndez ya pidió a México la autorización para realizar una visita de seguimiento y dijo que este país tiene derecho a no aceptar esta visita, la cual se podría realizar, según el relator de la ONU, a finales de 2015 o principios de 2016.
También en entrevista para Radio Fórmula, el representante permanente de México ante la ONU, Jorge Lomónaco, dijo que este año Juan Méndez no vendrá al país y aseguró que México no condicionará su visita al retiro de su informe sobre la tortura.
El gobierno mexicano discrepa con lo que dijo Méndez sobre la tortura en México: que es una práctica generalizada, en un contexto de impunidad y que involucra a todas las fuerzas del orden.
“Esta valoración no corresponde a la realidad”, además de ser una conclusión a la que no se ha podido dar sustento tanto en las afirmaciones públicas del relator – Juan Méndez- y lo que señala en su informe, aseguró Meade en entrevista con Notimex.
Explica que el relator define el término “generalizado” como actos que no son “aislados”, lo que contrasta con la definición ordinaria del término y con su acepción jurídica internacional.
No obstante, Meade Kuribeña aseveró que al mismo tiempo México reconoce, sin la menor ambigüedad, que la tortura es una práctica a la que todavía se recurre en distintas formas y que no ha sido erradicada totalmente.
De ahí, agrega, “valoramos positivamente la visita y las recomendaciones del relator y, precisamente por la importancia que asignamos a la cooperación con los mecanismos internacionales, nos interesa que sus diagnósticos sean del todo objetivos”.
En este sentido, José Antonio Meade aseguró que tras este incidente México reafirma su compromiso de apertura al escrutinio internacional.
“No debe existir duda alguna al respecto. México se mantiene abierto al escrutinio internacional y a la plena cooperación con todos y cada uno de los diversos mecanismos existentes en el ámbito regional y universal”, manifestó el canciller.
De ahí, subraya, “la Secretaría de Relaciones Exteriores reafirma su postura en torno a lo dicho sobre el papel desempeñado por el Relator y da por concluido este diferendo surgido a raíz del informe presentado hace unas semanas”.
De hecho, agrega, se han acreditado plenamente cada una de las afirmaciones hechas por México al respecto, así como externado la postura ante la presidencia del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Así, “no cerramos las puertas al escrutinio internacional en materia de derechos humanos, como se ha pretendido señalar, sino que exigimos del trabajo de un relator seriedad, rigor y apego a los principios de diálogo constructivo que rigen sus acciones”, reitera.
Aseveró que México rendirá cuentas ante el Consejo de Derechos Humanos del cumplimiento de sus obligaciones internacionales y de las recomendaciones contenidas en el informe del Relator.
Detalló que la información que proporcione México incluirá los últimos desarrollos legislativos en la materia, conforme a las iniciativas del Ejecutivo Federal del 27 de noviembre de 2014, así como los instrumentos de política pública que las autoridades federales y estatales han desarrollado para mejorar la capacidad de prevención, investigación y sanción de los actos de tortura, concluyó el canciller mexicano.
El desacuerdo de Australia
Este año, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre Tortura, Juan E. Méndez, presentó al Consejo de Derechos Humanos un reporte el que señala que las políticas de asilo de Australia violan la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Días después, el Primer Ministro de Australia, Tony Abbott, reaccionó con enojo a los señalamientos hechos por el relator y dijo que los australianos estaban “cansados de los sermones de Naciones Unidas”.
Agregó que el organismo internacional debía dar más crédito al gobierno de Australia porque con su política ha detenido el flujo incesante de barcos con inmigrantes y puesto fin a las muertes en alta mar.
También acusó a Naciones Unidas de creer las afirmaciones “de los habituales activistas de derechos humanos” para hacer conclusiones “absolutamente disparatadas” sobre el tratamiento que da Australia quienes buscan asilo.