Al igual que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el relator especial de la ONU sobre Tortura, Juan Méndez dio por zanjado el diferendo con el gobierno de la República.
Sin embargo, indicó que no contempla cambiar el adjetivo de su informe final presentado en marzo pasado y que causó la polémica, al afirmar que en México la tortura es una práctica generalizada.
En entrevista con Grupo Imagen Multimedia, explicó que no puede referirse al tema solo como casos que persisten o son frecuentes, pues, apuntó, “el problema es más grave que eso”.
Sí, yo creo que el comunicado de la Secretaria de Relaciones Exteriores y las declaraciones del embajador Lomónaco ayer en la mañana, me parece que avanza mucho en dejar zanjado este diferendo, me parece que no se insiste en los ataques personales que me habían hecho, se reconoce que México va seguir colaborando con todos los procedimientos especiales que por supuesto incluyen mi relatoría, y además el embajador Lomónaco dijo que iban a considerar mi pedido, de una visita de seguimiento. Yo creo que podemos dar por terminado la diferencia de opinión que tenemos, manteniéndonos en nuestras distintas opiniones”, indicó.
Sobre la solicitud de visita de seguimiento que el relator hizo al gobierno mexicano en su carta de la semana pasada, explicó que solamente espera la respuesta del gobierno para fijar fecha.
Yo no puedo ir si el gobierno no me invita, por lo tanto estoy esperando que fijemos una fecha como un acuerdo. Yo no creo que sea urgente que yo vuelva a México, nosotros hemos hecho visitas de seguimiento hasta dos, dos años y medio después de la primera visita, así que si no se puede hacer en el 2015 esperaría que fuera en 2016 porque yo, en octubre del 2016, dejo de ser el relator, entonces sería muy útil que el seguimiento lo haga yo mismo”, apuntó.
Respecto a las declaraciones del subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, en donde lo llamó irresponsable y poco ético, el relator Juan Méndez dijo que no guarda ningún rencor.
Yo no guardo rencores ni malas actitudes, me basta con que hablemos seriamente del tema de tortura en México, por lo demás me doy por satisfecho que de que el gobierno ha dejado de insistir en estas acusaciones de falta de ética e irresponsabilidad, y también que no insisten más que tenga que cambiar mi caracterización de la tortura en México, ahí tenemos una especie de acuerdo para estar en desacuerdo”, aseveró.
Sin embargo, Méndez reafirmó que sí se sintió presionado por el gobierno mexicano para cambiar el adjetivo en su informe, aunque reconoció pudo ser cuestión de interpretación.
