Violencia de género aumentó en los últimos 30 años: investigadora neoyorquina

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· Violencia contra mujeres es un problema estructural: Silvia Federicci

· Este problema afecta a toda la sociedad y la divide, advierte

El feminicidio hoy es un problema mundial, y en los últimos 30 años la violencia hacia las mujeres ha aumentado porque en muchos casos es promovida o condonada por el Estado, por lo cual se convierte en un problema inscrito en las condiciones materiales de la vida social, denunció la investigadora Silvia Federicci el 7 de abril último.

Al participar en el Diplomado Internacional de Estudios de la Mujer, Feminismos y Descolonización que organiza la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, la académica expuso que la violencia hacia las mujeres es un asunto estructural, no solamente la violencia individual de los hombres, que es inocultable y aumenta al ser tolerada o inclusive justificada por las autoridades.

La profesora emérita (Teaching Fellow) de la Universidad Hofstra indicó que una de las causas del aumento de la violencia hacia la mujer es su introducción al trabajo remunerado, pues esto hizo que saliera del hogar donde realizaba trabajo no visible y desvalorizado, y gracias a esta actividad también alcanzó cierta autonomía, al romper con su condición de dependencia por falta de acceso a recursos propios.

La doctora en filosofía por la Universidad de Buffalo insistió en que la integración de la mujer al trabajo remunerado no se ha traducido en mejoras sustanciales a sus condiciones de vida, aún afronta una profunda desigualdad, además de condiciones de explotación.

Federicci puntualizó que la violencia hacia la mujer es estructural, debido a que permea en todos y cada uno de los aspectos de la vida social e involucra a cada uno de los sistemas, tanto el político, económico y cultural.

El origen de la violencia de género –expresó– está en la forma en la que se estableció la relación entre hombres y mujeres, pues es una relación basada en la dominación, jerarquía y poder: la mujer históricamente ha sido colocada en una posición de desventaja pues es sometida, subordinada y desvalorizada.

La cofundadora e investigadora del Comité por la Libertad Académica en África comentó que se ha construido socialmente una relación violenta entre los hombres y mujeres, que se refleja también en la relación mujer-Estado.

Las instituciones sociales y públicas han sido cómplices para mantener la violencia hacia la mujer, incluso la han justificado por medio del machismo, por eso se ha naturalizado y está culturalmente aceptada, esto ha permitido que la violencia no sea perseguida ni sancionada, puntualizó Federicci.

Añadió que la violencia menos visibilizada y más común hacia las mujeres es la doméstica, y este tipo de violencia es la que mejor expresa los efectos destructivos para la sociedad, pues se volvió estructural y es la base de todas las demás violencias contra mujeres.

La ponente sostuvo que la violencia hacia las mujeres es suicida, pues no afecta únicamente a las mujeres, sino también a los hombres, y además es un medio eficaz de sometimiento que permite la explotación, ya que divide a la sociedad y no permite la unidad para la lucha por mejores condiciones de vida.

Federicci explicó que, para el sistema capitalista y neoliberal, la violencia hacia las mujeres permite establecer un estado de terror que impide la organización para luchar por el respeto a la dignidad y derechos de las personas.

La violencia contribuye a la subsistencia del sistema, el cual está basado en la desigualdad, el escarnio y la explotación, para lo que es necesario que algunos individuos del grupo social sean desvalorizados y que otros se enriquezcan con base en el trabajo ajeno, recalcó.

Denunció que la desigualdad hacia la mujer y su trabajo es el pilar de la producción de riqueza capitalista, basada en la explotación y la falta de derechos.

Por ello, la investigadora Federicci instó a que se haga una defensa urgente de los derechos de las mujeres, que cuestione las estructuras sociales que permiten la violencia y la discriminación de las mujeres.

El segundo Diplomado Internacional de Estudios de las Mujeres, Feminismos y Descolonización es una actividad que vienen organizando desde 2014 instancias públicas y de la sociedad civil, como la Defensoría del Pueblo de Oaxaca y Lunas del Sur, la Coordinación del Ejecutivo estatal para la Atención a los DH, la Procuraduría General de Justicia, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, así como las asociaciones civiles Centro de Derechos Humanos “Bartolomé Carrasco Briseño”, Centro de Derechos Humanos “Gobixha” y Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción.

El Diplomado, en el cual intervino el 7 de abril de este año la doctora Silvia Federicci, es una actividad académica que busca involucrar a las mujeres oaxaqueñas en los actuales debates sobre género, feminismo y descolonización, mediante el intercambio de experiencias de 24 especialistas de Argentina, Bolivia, Ecuador, España, Estados Unidos, Inglaterra, México y Uruguay con expertas locales.