El cantante español dice que siempre deseó pasar directo de la adolescencia a la vejez.
Joaquín Sabina confiesa que vive un momento muy dulce y que, muy a su pesar, es gracias a la madurez.
“Nunca quise ser maduro, siempre quise pasar de adolescente a anciano sin ir por la madurez”, dice el español vía telefónica.
Según el cantante, ahora es un artista más dueño de si mismo, más tranquilo y feliz. A sus 66 años, dice que está estupendamente de salud, que vive al margen del mundo de chismorreo y que espera complacer a su público.
Alejado del mundo cibernético y de los celulares —dice no tener redes sociales ni móvil y sólo informarse por los periódicos—, Sabina actuará los días 1,2, 4, 13 y 14 de mayo en el Auditorio Nacional, y luego en Guadalajara, ya sin Joan Manuel Serrat.
“Las giras con él son muy divertidas; además de que es un maestro, es un buen amigo y ahora aquí yo tengo toda la responsabilidad”.
El originario de Úbeda, España, explicó que en las giras solía ser un tipo atormentado. “Antes de salir al escenario pensaba: voy a defraudar a la gente, y ese tipo de neuras, pero ahora la verdad estamos haciendo una gira muy feliz, muy tranquila, muy compartida por el público”, comenta.
Con el show 500 noches para una crisis, Sabina tocará las canciones del disco que presentó cuando cumplió 50 años de vida.
“Fue cuando cambié de mujer, un poco de vida, cuando tuve un ictus, fue un año en el que tuve muchas tormentas y me pasaron muchas cosas y pues queremos cantar esas canciones no como las tocamos en ese entonces, sino como las tocamos ahora”, adelanta.
El interprete de “Y nos dieron las 10” y “La canción más hermosa” comenta que vive alejado de los chismes y que no estar en las redes sociales lo tiene totalmente sin cuidado.
“Vivo absoluta y radicalmente al margen, vea que yo no tengo ni teléfono móvil ni teléfono inmóvil, ni redes sociales, ni ordenador ni automóviles, soy un tipo de otro siglo, nada de ese mundo del chismorreo cibernético, no me interesa nada, lo único que leo son los periódicos”, expresa.
Como ciudadano. El español comparte que disfruta mucho viajar y llegar a lugares en donde se escucha su propio idioma de manera diferente.
De México, al músico le gustan el mariachi y sus licores, sin embargo, reconoce que le preocupa la situación que vive nuestro país.
“Me atormenta mucho el grado de violencia y de impunidad que hay en México, pasan los años y cada vez es peor, o cuando menos no es mejor y uno vive siempre esperando que llegue un gobierno que solucione estas cosas… Sufro por México y me preocupa mucho”, expresa, “lo que más me preocupa es la crisis moral, de valores”.