Profundo el mensaje del arzobispo Chávez Botello: “Ya no tenemos el corazón en el centro de nuestra Ciudad de Oaxaca”. Es cierto, el espectáculo del Centro expresa las debilidades y contradicciones de nuestro estado. La de la ciudadanía que permanece enajenada con respecto a los grandes problemas sociales; la del desorden generado por la baja presencia de la autoridad y la del activismo político de organizaciones que luchan por intereses inmediatistas y egoístas. Todo esto sintetizado en caos y violencia en las calles de nuestra sufrida ciudad.