LA X EN LA FRENTE: AGARRA LO QUE TE DAN, PERO …

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Moisés MOLINA

En nuestros incesantes recorridos por el interior del estado, acompañando a nuestras candidatas y candidatos, dos mensajes han sido unánimes:

• “Ya estábamos cansados de ver a los mismos de siempre”

• “Ojalá ustedes no sean como los que vienen nada más cuando necesitan el voto”

El reciclaje, el desprecio por los municipios y su gente por parte de los candidatos, el debut y despedida en que se convierten las visitas para pedir el voto, el incumplimiento de las promesas de campaña que elección tras elección son las mismas y que los candidatos, muchas veces no sean originarios o no tengan arraigo en los distritos, son algunos de los reclamos que válidamente los oaxaqueños guardan.

El proceder irresponsable de los partidos al postular a sus candidatos, creyendo que todo se soluciona con dinero, ha convertido a las elecciones en un mercado. ¿Quién da más? Se preguntan en muchas poblaciones.

“Yo no quiero eso, a mí denme despensa” espetó una mujer humilde en el mercado de Huajuapan, cuando nos acercamos con un díptico que contenía la propuesta de nuestra candidata.

Hay sobrada razón para gestos como ese. Nuestro pueblo tiene hambre; los municipios no se transforman, la gente no ve reflejado el trabajo de los diputados ni de los políticos en general en su bolsillo y muchas y muchos políticos siguen haciendo campaña pensando estúpidamente que todos los potenciales votantes desayunan, comen y cenan política y promesas de cambio como ellos.

Elecciones van, elecciones vienen y la gente sigue igual. A veces parece que ya no espera nada.

Entonces ¿Por qué siguen ganado elecciones los mismos de siempre? Porque la gente que no ve los procesos electorales ni la jornada electoral como un juego que hay que ganar se aleja de las urnas.

De ahí los niveles cada vez más crecientes de abstencionismo. Nuestra gente siente repugnancia por la farsa en que –percibe- se han convertido las elecciones centrando su atención en los partidos “históricos”, “grandes”. Estos han sido los más sobresalientes embajadores de la antipolítica.

Y es que la política es servicio; para ellos es servirse.

La política es vocación; para ellos es chamba y hegemonía.

La política es transformación de la realidad; Para ellos es transformación de SU realidad.

La política es cercanía con la gente; para ellos es ostracismo desde la capital del país o del estado.

La política es dar; para ellos es recibir.

La política es proyecto; para ellos es solamente elecciones.

Ante este desolador desesperanzador panorama, es que los partidos “no históricos” comienzan a brillar y tienen la difícil tarea de luchar, primero contra el abstencionismo, y después por el voto para sí.

Si tú eres de los que se han alejado de las urnas o de los que nunca se han acercado si no es para anular tu voto, pregúntate: ¿A quién beneficia el abstencionismo y el voto nulo? A los mismos de siempre y ellos lo saben.

Si no votamos –y para esta elección se pronostica un 60 por ciento de abstencionismo- les dejamos un zona de confort, un espacio de comodidad para que con dinero movilicen (acarreen) esa base de voto duro o de conveniencia ($) que siempre les da el triunfo, independientemente del color. Podrán, en algunos casos, ser rostros nuevos pero con las mismas prácticas detrás.

La realidad no se va a transformar y tu bolsillo no lo va a reflejar si no participas y ejerces un voto libre y convencido. Los mismos de siempre viven en el error creyendo que la gente vota por agradecimiento cuando, demostrado está que la gente vota por confianza.

Pregúntate ¿Quiénes son candidatos dignos de fiar y quienes no? Su pasado les persigue a todas y a todos. Si en el pasado no te han respondido y no han regresado ¿Qué te garantiza que en esta ocasión no vuelvan a hacer lo mismo?

Si la candidata o el candidato viene de una delegación federal, de una diputación local; si la candidata o el candidato viene de dejar un cargo en el gobierno del estado; si compite por el mismo cargo que ganó su hijo o hija hace tres años o si viene de una presidencia municipal, pregúntale qué hizo por ti, por tu familia, por tu gente. Cuestiónale las razones por las que habrías de votar por ella o por él.

Aprovecha la oportunidad porque tal vez nunca le vuelvas a ver o, en el mejor de los casos, le verás hasta la próxima elección.

Que tu voto le sirva a Oaxaca, no a un partido. Que tu voto sea para ciudadanos como tú; que compartan tu origen, que se sienten contigo a comer sin importar si hay campaña o no.

Pon mucha atención en lo que prometen y pregúntate si lo que han prometido en el pasado lo han cumplido.

@MoisesMolina