Batallas electorales deben minimizar daño que inflige la derecha: Wallerstein

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El sociólogo e historiador estadunidense, Immanuel Wallerstein, afirmó que se deben de “usar defensivamente las tácticas electorales” y aunque “es claro que las victorias” en las votaciones “no transforman el mundo, también es verdad que no deben de ser menospreciadas porque pueden ser un mecanismo esencial para proteger las necesidades inmediatas de las poblaciones de todo el mundo en contra de la pérdida de los beneficios ya adquiridos”.

Esas “batallas electorales”, agregó, “deben de ser desarrolladas en la lógica de minimizar el daño que pueda aún infligir la derecha global por la vía del control de los gobiernos de todo el planeta”.

En una ponencia que envió por escrito al seminario titulado El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista, organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se lleva a cabo en esta ciudad, sostuvo que “no debemos de despreciar este tipo batallas porque todos vivimos y sobrevivimos en el presente y ningún movimiento puede decirle a la gente que la sobrevivencia en el corto plazo no es relevante”.

Aclaró que ello implica que “esas tácticas electorales sean asumidas exclusivamente como un asunto pragmático”, pues “ninguno de nosotros debe de pensar que conquistar el poder del Estado es un modo de transformar realmente el mundo; pero la decisión de cuál es en cada caso la opción menos mala debe de ser analizada caso por caso y momento por momento”.

En su ponencia titulada Los movimientos antisistémicos y el futuro del capitalismo, leída y traducida por el científico social Carlos Antonio Aguirre Rojas, investigar de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que “esta decisión depende en gran parte del sistema electoral de que se trate. Un sistema en el que el vencedor se queda con todo debe de ser confrontado de manera diferente a un sistema en el que existen dos vueltas o a un sistema de representación proporcional”.

Además de esto, añadió, “hay muchas diferentes tradiciones partidarias o subpartidarias dentro de la izquierda global y aunque la mayoría de las tradiciones son reliquias de una era anterior, mucha gente sigue todavía votando de acuerdo con esas tradiciones”.

Subrayó: “Entonces, si las elecciones estatales son sólo un asunto pragmático es crucial crear alianzas que respeten estas tradiciones buscando el 51 por ciento que pragmáticamente hablando cuenta mucho. Pero es muy claro que no saldremos nunca a brincar de gusto en las calles cuando logremos vencer en esas esas elecciones estatales, pues la victoria electoral no es otra cosa que una simple táctica defensiva”.

Reconoció que existen personas y movimiento que piensan que los procesos electorales “son cruciales”, pero otra parte “considera que son totalmente irrelevantes”.

Luego de aseverar que se debe de “presionar incesantemente hacia una mayor democratización”, manifestó que “por lo menos durante los dos últimos siglos, lo que los movimientos de izquierda y el pueblo han demandado más clamorosamente de los Estados puede ser resumido en la palabra ‘más’, es decir, más educación, más salud, más ingresos que garanticen un cierto nivel de vida, y estas demandas no sólo son populares sino inmediatamente útiles en la vida cotidiana en la mayoría del pueblo”.

Expuso que “además, la conquista de esos ‘más’ reduce también las posibilidades de la acumulación incesante del capital, por lo que “estas demandas deben de ser sostenidas continuamente, pues aquí nunca se alcanzará el punto del ‘demasiado’”.

Al analista estadunidense afirmó que “aunque es claro que expandir todas estas funciones del Estado de ‘bienestar’ siempre planteará las preguntas sobre la eficiencia en el gasto, la corrupción o la creación de burocracias omnipotentes o irresponsables, preguntas que debemos resolver, eso no debe impedirnos continuar con esas básicas demandas de más’, mucho más”.

En este sentido, resaltó, “es crucial que los movimientos populares frente a los gobiernos de centro, centro izquierda, a veces llamados progresistas que ellos mismos han elegido, no les perdonen la satisfacción de estas mismas demandas por más salud, más educación, más ingreso, porque el hecho de que se trate de un gobierno amistoso y no de un gobierno abiertamente de derecha, no significa que debemos bajar los brazos y detener nuestro combate de siempre”.

Muy al contrario, continuó, ya que “presionando a esos gobiernos amistosos o amigos obligamos a las fuerzas de oposición de la derecha a verse hacia una posición de centro izquierda, mientras que si no los presionamos empujamos a esos gobiernos de centro izquierda hacia posiciones de centro derecha”.

Enfatizó: “Y si bien es claro que podrían llegar a darse ciertas circunstancias especiales en las que tendríamos que ignorar estas afirmaciones, las reglas generales respecto de la democratización son claramente las de ver siempre por más, por mucho más”.

De 84 años de edad, Wallesterein también dijo que “los movimientos antisistémicos se encuentran ahora en medio de una feroz lucha en torno de lo que puede ser nuestro futuro”, pues el sistema del mundo capitalista se encuentra en la fase de sus “crisis estructural”.