“La lectura es un acto de rebeldía, hay que buscar los libros que pregonen ese espíritu y acercarlos.”
Comenta la escritora Mónica Lavín, en conferencia de prensa en su visita a Oaxaca en días pasados, donde comentó sobre su interacción con 250 maestros pertenecientes a la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
“Por un lado me gusta su actitud beligerante, pero siento que hay un sector que está en la sinrazón.”
Considera Lavín sobre un sindicato, del que comerciantes ambulante han declarado recientemente que, se mochaban con 300 pesos diarios con algunos dirigentes magisteriales para que los dejaran chambear en su plantón.
La autora de Café Cortado y Hotel Limbo, formó parte de un proyecto de compresión de análisis de lectura que organiza la 22 para sus agremiados, donde las y los maestro que forman parte de él tienen que leer un libro del autor o autora con el que van a compartir sus puntos de vista.
“La 22 es mucho más compleja de lo que suponemos”, afirma la novelista y pasa a reflexionar sobre lo significativo que fue el ver a Flavio Sosa tuiteando sobre su encuentro magisterial.
“Era venir al corazón del conflicto del 2006”. Lavín asegura que los maestros le otorgaron un enorme respeto y comprensión, asimilando la importancia de la lectura para su propia formación y la de los niños a los que enseñan, los cuales para la escritora resultan “más masivos que un medio masivo.”
“Lo que hace falta a la prensa es saber que es realmente la sección 22.”
Nos receta la cuentista y novelista a los que vivimos de atestiguar como la sección magisterial hace lo que quiere, con quien quiere, cuando quiere y en el momento que quiere, y aunque dan ganas de sacarla de su error, su gesto de ilusión puede más a todas y todos.
“Me sentí muy bien con ellos, primero porque si habían leído los libros, a cuantos lugares vas que no sucede así. Enfrentarte con los lectores de tus libros se vuelve cada vez menos usual.”
Lavín dice que, los comentarios de las maestras y maestros se iban a la carga social, al papel de las mujeres, a su libro Las Rebeldes, sobre mujeres de la Revolución y enfermeras combativas.
“Lo relacionaron con su papel activo, hablaron de la Revolución y de cosas que ni siquiera yo comprendía antes de escribir el libro. Me preguntaron si de veras la Adelita era una enfermera.”
Como mucho de lo escrito por Lavin tiene que ver solo con mujeres, las y los maestros oaxaqueños también se detuvieron particularmente en Yo la peor, la novela que sobre la atribulada existencia de Sor Juana Inés de la Cruz, escribiera la autora.
“La literatura es una forma de comprensión de la condición humana, de nuestra conducta.”
Lavín considera que, la novela histórica, contemporánea, experimental, es un acercamiento a las fragilidades y grandezas del hombre, a sus empeños, a sus sueños, a sus oscuridades.
Que escribir y leer se trata de los personajes, de su poder en y con las palabras, “es un lente óptico capaz de magnificar y acercar lo que está lejos.”
Para Mónica la literatura es mirar, comprender y aceptar la diferencia, pues “leer nos hace más tolerantes.”
“El género más poderoso para crear un gusto lector es el cuento.” apunta Lavín
Define al cuento como un universo muy pequeño, definido y compacto. Con un tiempo de lectura breve.
“Pero del jugo que les puedes sacar los puedes exprimir como naranjas.”
“Que nos acerquen al Quijote, a Víctor Hugo, a través de un capitulo, a través de algo que nos permita digerir una vida.”
“Mucho de la literatura en secundaria es a través de la historia de la literatura, y no necesariamente formas un lector por haciendo ese recorrido.”
Lavín define que, un lector se forma por la libertad de elegir títulos que podrían ser de su interés.
“Los de prepa se entusiasman con la irreverencia de Bukowski, de hacer lo que no se debe de hacer, de nombrarlo.”
Para la autora de Doble Filo, el libró que presentó en el Foro Cultural de Proveedora Escolar, las bondades de la novela, que se puede trabajar con los personajes, “conocerlos mejor, con sus claroscuros, que tengan un desarrollo.”
Cuenta su autora que Doble filo surgió de un desafío de un encuentro de escritores en Tijuana, para escribir una novela corta.
“No sabía que iba a salir, pero fue muy gozosa la escritura porque me dio algo que quizás se va perdiendo con los años de escribir, lo lúdico.”
Doble filo presenta a mujeres que tienen que masticar su propio odio para no envenenarse, que se cuentan cosas que no las salvan, pero si la reverberan.
“El libro fue desarrollando su propia forma, sus propias reglas y su propia verdad.”
Sobre si lo suyo es escribir para y sobre mujeres, Mónica Lavín le da la vuelta a la catalogación.
“Me interesa contar historia de lo humano, pero lo humano a veces son mujeres.”