“Siempre he sentido que Oaxaca es un poco bipolar, es un lugar tan bonito, con tanta tradición, tanta arte, tanta cultura, tantos idiomas, tan rica, pero al mismo tiempo tan conflictiva.”
John Dickie vivió en Oaxaca doce años y llegó a México el 15 de septiembre de 1996. Originario de un Tomintoul, Escocia, empezó muy pronto a su llegada a la tierra que acaba de definir de frente y de perfil, a escribir historias y a tomar fotografías.
Videos y reportajes realizados en el conflicto social que definió a Oaxaca en el 2006, devinieron de alguna forma en la concepción de su primer largometraje, el documental, El Diablo y la Nota roja (2008), el seguimiento a un reportero al que ver venir es sinónimo de que ya se jodió la cosa.
Hace unos meses Dickie terminó de filmar Moronga, cinta de ficción que habla de un mundo de chicos perdidos y marranos enfermos, un planeta siempre inmerso en el camino que separa a la inocencia de la corrupción absoluta.
Dos hermanas, Serafina y Marilyn, enfrentan la llegada de un gringo militar retirado que se quiere suicidar y se refugia en un pueblo con calles de terracería, casas de adobe, usos y costumbres y un cementerio fiestero, que es en realidad Santa Ana del Valle, pero que en la práctica podría ser cualquiera.
“El gringo representa lo peor de Estados Unidos, ese llegar a destruir pueblos ajenos con la promesa de que les están haciendo el bien.”
“En la mitología mezcalera hay tres tipos de borrachera, el chango, el tigre y el cuche , y el gringo pasa por esas tres etapas .”
Cuenta Dickie sobre una historia que, empezó a trabajar con el pintor Jonathan Barbieri en el Oaxaca convulso, de barricadas, movimiento social y gobernador de 2006.
“Estaba basado en una serie de pinturas y dibujos de Barbieri, la Pierde almas, sobre una cantina imaginaria. Así se llamaba el guion, la iba a producir otra gente, nunca lo hicieron y el proyecto murió por varios años.”
En el 2008, John se muda de Oaxaca a la Ciudad de México, con la firme intención de hacer la película. “Desgraciadamente hay que estar en el D.F para poder realmente vincularte con la industria.”
En 2010 el escoces hace equipo con el productor Dankmar García, y según relata el hoy director pasaron las de Caín para levantar Moronga.
“Pasan muchas cosas, mucho trabajo, mucho rechazo, muchas vueltas del guion, mucho cambio Pides un fondo te lo rechazan, pides otro te lo rechazan y lo intentas otra vez el siguiente año.”
Para Dickie, “Moronga” es una comedia negra, extraña, surreal, la historia de un tipo enfermo en un mundo enfermo.
Matt O´Leary, exniño estrella de Hollywood en la saga Spy Kids, debutante en una pésima cinta de suspenso de John Travolta y fulgurante en una joya de culto llamada Frailty, donde la rolaba de hijo del mismísimo demonio, se hizo con el papel principal.
“Carla Hool, directora de casting de Los Ángeles, fue quien lo consiguió. Fue un cuete llegar a él, los actores nos decían que era muy poco sueldo o que no les gustaba como poníamos a los estadounidenses.”
John hablo con O´Leary por Skype y las ideas que este tiró para su papel lo hicieron la opción.
Julia Sánchez, quien interpreta a Serafina llegó a Dickie en una tienda de Santa Ana del Valle , propiedad de su mamá.
“Ella se veía como el personaje, se me quedó grabada en mi cabeza y regresaba y regresaba, al final la tuve que convencer de hacer la película. Su esposo me ayudó.”
El cineasta cuenta que siempre tuvo la intención de trabajar con actores de Oaxaca y con no actores de Oaxaca.å
“Quería a una chica que reflejara esa feminidad oaxaqueña, que fuera una cabrona.”
Sobre el contraste entre dirigir a O´Leary (actor profesional venido de Hollywood) y a Sánchez, quien nunca había actuado, John afirma que con el estadounidense fue la creación de un personaje y que con Julia fue la no creación de un personaje.
“Fue dejarla que fuera como es, apelando a sus propias experiencias internas. Con Matt era más de técnica actoral, que él marcara como era la voz y el ritmo de su personaje.”
Sobre Krystian Ferrer, actor muy en boga, de diecinueve años y veinte películas entre las que destacan cosas tan disímbolas o populares como El Infierno, Las Horas Muertas y Gutteng Tag, Ramón, cayó la responsabilidad de interpretar a Marilyn, un muxe que sueña pero no puede proyectar.
“Vino a Oaxaca un mes antes de iniciar la filmación. Pase por el a las cinco de la mañana en Netzahualcoyotl y nos venimos a Oaxaca en automóvil.”
“Fuimos a las velas y calendas, conocer el mundo muxe le partió la cabeza a Krystian. Estaba un poco nervioso porque nunca había hecho de mujer. Algo inseguro pero lo hizo fenomenal, tiene mucho lenguaje corporal, mucho flow y ya maquillado se veía guapísima.”
El veterano y solvente José Sefami vino a completar el cuadro en el papel de un licenciado empresario que representa el poder corrupto y la corrupción moral, donde todo aquello que no vaya en su beneficio se puede quedar perfectamente en el camino.
“Son gente a la que no hay que dirigir mucho porque son muy buenos y apasionados por el proyecto.”
O´Leary, siete actores del D.F y cincuenta actores oaxaqueños hicieron la película.
“Hay un conflicto social en Moronga como en Oaxaca en el 2006 , como en México hoy en día.”
“Mientras el gringo toma medicinas que no sirven, el pueblo se derrumba en una anarquía total, la policía en la cárcel, los chavos en las barricadas.”
John, quien cuenta que en la cinta usara imágenes de archivo suyas de los diferentes conflictos en los que ha estado, afirma que “no quería hacer una película muy seria o melodramática, tratando todos esos temas serios.”
Menciona que Moronga está ya en edición, con un primer corte y envuelta en el proceso de la musicalización, razón por la que juzga que tal vez es muy prematuro todavía para estar dando entrevistas.
“Esperamos estrenar a finales de año en algún festival , puede ser , es cosa de inscribirse.”
Dickie, quien alguna vez tuvo por e-mail una traducción al castellano de su nombre, un surrealista juanvergas@, considera que para hacer cine en México, “hay que trabajar mucho y creérsela mucho y no dejar que nadie ni nada te pare.”
“No hay nada más bonito que crear una historia en un tamaño tan grande.”