Benita López, un ejemplo de progreso a través de la educación que imparte el IEEA

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Asunción Nochixtlán.- Benita López Diego es un claro ejemplo de que los deseos de mejorar, el ímpetu por la vida y el amor por la familia dan buenos resultados y se anteponen a las adversidades.

Es originaria de “El Tepozán”, localidad de San Miguel Huautla, distrito de Nochixtlán. Al igual que cientos de oaxaqueños y oaxaqueñas, durante su niñez le fue negada la oportunidad de terminar la educación básica, por falta de recursos económicos en su familia.

La crónica de superación e independencia de Benita comienza a los 11 años, cuando al ver la precaria situación en que vivía, se trasladó a la Ciudad de México junto con una señora que le ofreció un empleo de niñera.

Después de 3 años laborando en la capital del país, Benita recibió la noticia de que su mamá se encontraba grave de salud, por lo que volvió a su pueblo natal a cuidarla. Además tuvo que laborar en el campo sembrando maíz, trigo y frijol.

A los 18 años, en la búsqueda de mejores condiciones de vida, se casó con un joven de Santiago Apoala, localidad donde ambos aprendieron a leer y escribir el mixteco, tejer artesanías y curar con medicina tradicional, conocimiento que compartían con sus conocidos.

Luego de algunos años de matrimonio y con dos hijos que alimentar, el esposo de Benita falleció en un accidente, lo cual complicó su situación económica, pues él era el proveedor del hogar. Aunado a ello, sus suegros la sacaron de su casa con todo y sus dos niños (de 5 y 1 año, respectivamente), por lo que regresó a vivir con sus padres.

Viendo nuevamente la cruda realidad de su familia, con el dolor de su corazón, optó por dejar a su hijo mayor a cargo de sus padres e ir a trabajar acompañada de su niña a la Ciudad de Nochixtlán, la localidad más desarrollada de la zona, donde consiguió trabajo lavando ropa y trastes.

En el lugar donde la emplearon, Benita conoció a una señora quien le preguntó por su situación educativa y le informó de un programa que apoyaba a los adultos con deseos de estudiar sin importar la edad y sobre todo con servicios gratuitos.

Animada por salir adelante mediante los servicios del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA), informó a sus padres que estudiaría la secundaria, ellos en vez de apoyarla, la cuestionaron y señalaron.

Benita muy animada comenzó a estudiar en la Biblioteca Municipal, en un grupo atendido por personal capacitado, después de que terminaba su jornada laboral y por las noches realizaba los ejercicios académicos, por lo que en menos de un año concluyó la educación básica.

Al ver el entusiasmo y lo bien que escribía y hablaba el mixteco, el Técnico Docente encargado del Círculo de Estudio al que acudía Benita, le comentó que el IEEA requería personal de apoyo en la aplicación de exámenes en lengua indígena en la región Mixteca.

En el mes de agosto de 2008, Benita fue seleccionada como Aplicadora de Exámenes en Mixteco en la sede de Santa María Apazco, actividad que desempeñó por dos años y en el 2010 la ascendieron como Enlace Micro Regional Bilingüe, para realizar actividades de integración y supervisión de Círculos de Estudio, así como la incorporación de personas al sistema educativo.

Aunado a sus actividades, inició sus estudios de bachillerato, teniendo que viajar a la Ciudad de Oaxaca todos los sábados y dejar a un lado las críticas de familiares y vecinos que veían como una pérdida de tiempo el que siguiera aferrada al estudio.

Luego de un año y 8 meses de esfuerzo logró concluir el bachillerato y con ello, afianzar su empleo, recibir la admiración de sus padres y fungir como ejemplo para sus hermanos, quienes ahora quieren estudiar.

Para Benita la educación ha sido fundamental para salir adelante, pues, con años de esfuerzo, ahorro y superación de pruebas ha logrado adquirir un terreno en Nochixtlán y poco a poco va construyendo su vivienda.

A sus 33 años de edad, la Enlace Micro Regional asegura que su trabajo la ha llevado a conocer infinidad de personas, tomar diversos cursos y talleres, visitar lugares desconocidos para ella como el mar, desdeñar los rechazos raciales y sobre todo, contribuir a que las personas aprendan a leer y escribir o concluyan la educación básica.

Como la de Benita, hay infinidad de historias de superación que diariamente se forjan a través de la educación, que son la razón de ser del Instituto Estatal de Educación para Adultos, ya que al dotar a las y los ciudadanos de herramientas indispensables para el desarrollo laboral y social, estos acceden a mejores condiciones de vida.