Tensión en Perú por huelga contra proyecto de Grupo México

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Una situación tensa vivían hoy ocho departamentos del Perú, en el primero de dos días de huelga cívica contra la explotación de una mina cuprífera en la provincia de Islay, por parte de una filial del Grupo México.

El Ejército está autorizado para intervenir en cualquiera de los ocho departamentos en huelga, pero el ministro de Interior, José Pérez Guadalupe, asegura que ese sería sólo un último recurso y que las operaciones de control están a cargo de la Policía.

Las escaramuzas entre manifestantes y policías se han limitado básicamente a disputas por el control de vías estratégicas, que los pobladores toman y los uniformados recuperan en forma alterna.

Esa situación es especialmente notable en los departamentos de Arequipa (en el que está Islay) y Moquegua.

En Juliaca, segunda mayor ciudad del departamento de Puno, hay una parálisis de actividades casi total y las vías están tomadas, lo que dificulta el paso desde o hacia la vecina Bolivia. También hay complicaciones con el tránsito hacia y desde Chile por tomas en el departamento de Tacna.

En Cusco, capital del departamento homónimo, una marcha de universitarios degeneró en enfrentamientos. Em Huamanga, capital de Ayacucho, una movilización similar transcurrió por el contrario en forma pacífica. En Cajamarca, único departamento en huelga que no queda en los Andes sureños, sino en los norteños, hay marchas en las que llama la atención la presencia de un burro que representa al presidente Ollanta Humala y es montado por una figura que supuestamente es la Confederación de Instituciones Empresariales Privadas, ente patronal al que se acusa de manejar al mandatario.

La resistencia contra la mina Tía María es protagonizada desde hace dos meses por los habitantes de Islay, unos 60 mil, que estiman que los trabajos de la Southern Perú Copper Corporation del Grupo México S.A.B. causarán daños ecológicos irremediables en una zona históricamente dedicada a la agricultura.

La Southern dice contar con estudios ambientales que descartan los riesgos, pero los pobladores de Islay no los admiten y sólo aceptan la cancelación del proyecto.

Las manifestaciones en la provincia, que dejan cuatro muertos y más de 120 heridos, han despertado simpatías hacia los islaínos, sobre todo en zonas donde también hay problemas con la minería, que constituye la matriz productiva del Perú.

La explotación de Tía María es apoyada por el gobierno nacional, fuerzas de derechas y la mayoría de habitantes de Lima, que estiman que quienes se oponen a la actividad extractiva impiden el desarrollo y son manipulados por organizaciones de izquierda.