Pasado el proceso electoral en donde el gobierno federal confrontó a los maestros de último momento y con eso dejó que se generase un escenario de miedo e incertidumbre que finalmente favoreció al priísmo; ahora se pasa a una política de premio y hasta de complicidad con los mismos mentores, a los que le han concedido un gran premio: se suspende la evaluación a que están obligados. Parece un plan perverso que deja en la lona las expectativas educativas del pueblo de Oaxaca porque eterniza el dominio magisterial en nuestro estado.